Cinco respuestas para quienes tienen preguntas sobre las finanzas éticas
Si tienes una cuenta o inversiones en un banco ético, es posible que alguna vez te hayan preguntado «¿pero no pierdes dinero?» o «está bien ...
De Mauro MeggiolaroSi tienes una cuenta o inversiones en un banco ético, es posible que alguna vez te hayan preguntado «¿pero no pierdes dinero?» o «está bien lo del medio ambiente y lo social, pero ¿cuánto te cuesta?». El séptimo Informe sobre las Finanzas Éticas en Europa, publicado recientemente, ayuda a responder a estas y otras preguntas. Lo hace comparando 26 bancos éticos europeos con 60 grandes “bancos significativos”, supervisados directamente por el Banco Central Europeo (BCE).
Para comparar estos dos grupos de bancos, el informe, editado por las dos fundaciones del Grupo Banca Etica (Fundación Finanzas Éticas y Fondazione Finanza Etica) y FEBEA (Federación Europea de Bancos Éticos y Alternativos), utiliza el modelo CAMEL. Se trata de un sistema de evaluación reconocido internacionalmente que las autoridades de supervisión bancaria utilizan para evaluar a las instituciones financieras. Un ‘camello de cinco jorobas’, como lo llaman los autores de la investigación. Donde la letra «C» representa la adecuación del capital, la «A» la calidad de los activos, la «M» la gestión (Management, en inglés), la «E» los beneficios (Earnings, en inglés) y la «L» la liquidez.
Primera respuesta: los bancos éticos son muy sólidos
Comencemos con el primer pilar: la adecuación del capital. Adecuación significa poder responder con un sí rotundo a esta pregunta: ¿el banco tiene suficiente dinero propio reservado para afrontar posibles riesgos?. El indicador utilizado en este caso se llama ratio Tier 1. En el numerador está el capital Tier 1, el capital más sólido, y en el denominador están los activos ponderados en función del riesgo. Entre los activos, los préstamos concedidos a los clientes se consideran más arriesgados, mientras que, por ejemplo, las inversiones en deuda pública europea o estadounidense se consideran menos arriesgadas.
El resultado es claramente favorable a los bancos éticos. Su ratio Tier 1 es del 23,32% mientras que para los llamados bancos significativos analizados es del 17,23%. Ambos grupos de bancos superan, en cualquier caso, el umbral mínimo del 11% exigido por el BCE.
Segunda respuesta: los bancos éticos tienen que gestionar más riesgos, porque conceden más créditos
Pasemos al segundo pilar: la calidad de los activos. De nuevo, se trata de una ratio. El numerador son los activos ponderados por riesgo (RWA – Risk Weighted Assets, en inglés) y el denominador son los activos totales. Los activos son las actividades que realiza el banco para ganar dinero. En concreto, son préstamos concedidos a hogares y empresas o inversiones en bonos del Estado o acciones. El resultado esta vez es favorable a los bancos significativos. Los activos ponderados por riesgo son el 43,76% de los activos totales para los bancos éticos y el 35,85% para los bancos significativos. Así pues, los bancos éticos, proporcionalmente, ganan dinero dedicándose a actividades más arriesgadas que los bancos significativos.
Sin embargo, si se lee bien el informe, uno se da cuenta de que esto es normal. Los grandes bancos significativos, por término medio, conceden menos préstamos que corren el riesgo de no ser reembolsados e invierten más recursos en deuda pública de Estados ricos, con un riesgo casi nulo, porque es muy poco probable que estos Estados quiebren. Por eso, los bancos éticos tienen activos con más riesgos, pero esto es bueno, porque significa que conceden más préstamos a quienes los necesitan. Y contribuyen al crecimiento de la economía real: agricultores que compran tractores, escuelas que construyen nuevas aulas o personas que renuevan o compran la casa donde van a vivir.
Tercera respuesta: hacer finanzas éticas cuesta más (a los bancos, no a los clientes)
El tercer pilar se refiere a la llamada calidad de la gestión. Se trata de un indicador que, al igual que el anterior, resulta un poco ajustado para los bancos éticos. Se mide en función de la relación entre los costes de gestión y los beneficios (cost-to-income ratio). ¿Cuánto cuesta en los dos grupos de bancos producir el mismo nivel de beneficios? Respuesta: a los bancos éticos les cuesta un poco más. Para ellos, los costes (administrativos y de personal) significan el 65,74% de los beneficios (entendidos como intereses netos y otros ingresos bancarios), mientras que para los bancos significativos son inferiores, ya que suponen el 52,60%.
Entonces, ¿los bancos significativos son más eficientes? No necesariamente. Como mencionaba anteriormente, este tipo de bancos tiene actividades diferentes a las de los bancos éticos, que generan menos costes administrativos o de personal. Al fin y al cabo, para invertir en un bono del Estado, basta con pulsar un botón y, a partir de ese momento, el banco empieza a ganar intereses de forma regular. La concesión de un crédito requiere una evaluación minuciosa del acreedor, al que luego hay que acompañar y hacer seguimiento durante la vigencia del préstamo. El tiempo y los recursos humanos de los que dispone el banco para la actividad crediticia son mucho mayores que para la actividad de inversión financiera. Por si fuera poco, los bancos éticos acompañan la evaluación económico-financiera de los créditos con una evaluación socio ambiental, lo que requiere aún más tiempo y recursos humanos.
Cuarta respuesta: las ganancias de los bancos éticos son comparables a las de los bancos tradicionales
Pasemos ahora al cuarto pilar, el de los beneficios. ¿Los bancos éticos ganan dinero o hacen obras de caridad?. En el informe hay un apartado muy detallado sobre esta cuestión, con dos indicadores: el ROE (retorno sobre el patrimonio) y el ROA (retorno sobre los activos). Ambos son válidos pero, por una serie de razones, el ROA es más adecuado para la comparación entre los dos grupos de bancos. En los últimos diez años, el ROA siempre ha sido algo superior para los bancos éticos que para los bancos significativos. Excepto en 2021, donde fue igual, y en 2022, donde fue ligeramente superior para los bancos significativos.
Los bancos éticos han sido históricamente algo más rentables que los bancos significativos. Sin embargo, esta diferencia ha desaparecido en los dos últimos años. Por ello, podemos decir que, actualmente, las ganancias de los bancos éticos son, como mínimo, iguales a las de los bancos convencionales.
Quinta respuesta: los bancos éticos son líquidos (al menos tanto como los bancos tradicionales)
El último aspecto se refiere a la liquidez, es decir, la capacidad de hacer frente rápidamente a las solicitudes inesperadas de efectivo de los clientes. En el Informe se mide por el índice LDR o ratio préstamos/depósitos (Loan-to -Deposit ratio). El numerador son los préstamos a los clientes y el denominador los depósitos de los ahorradores. Si el ratio es demasiado alto, el banco puede no tener suficiente liquidez para cubrir cualquier demanda inesperada de los clientes. Por el contrario, si el ratio es demasiado bajo, el banco podría no obtener tantas ganancias como podría al conceder créditos a los clientes.
Aunque no existen requisitos normativos precisos sobre este indicador, en general se considera que el rango ideal se sitúa entre el 80% y el 90%. En los últimos diez años, la media de los bancos éticos ha sido del 81,4% y la de los bancos significativos del 100,2%. En los últimos tres años, sin embargo, los bancos significativos también se han situado dentro del rango, con valores muy similares a los de los bancos éticos.
Dos misiones diferentes
Después de este breve repaso por los aspectos principales del modelo CAMEL, puede que resulte más fácil responder a las preguntas de amigos y familiares. Además, podríamos añadir que, en general, los indicadores que miden el rendimiento de los bancos éticos son bastante constantes a lo largo del tiempo, mientras que para los bancos significativos son más variables: en algunos años suben mucho, en otros bajan de manera igualmente pronunciada. Esto se debe a que los bancos éticos permanecen fieles a su misión, independientemente de la situación de los mercados. Conceden préstamos a la agricultura ecológica, a las energías renovables, a las viviendas de alta eficiencia energética y, en general, invierten el dinero en actividades que no dañen al ser humano ni al medio ambiente.
Los grandes bancos, en cambio, son más oportunistas. Lo que les mueve es la búsqueda de la mejor manera de obtener beneficios en diferentes situaciones de mercado: tipos bajos o altos, mercados galopantes o estancados. Sin tener que elegir necesariamente entre armamento o escuelas, granjas biodinámicas o convencionales, energía solar o petróleo. Préstamos o inversiones en valores. Luego, por supuesto, cada ahorrador es libre de hacer las elecciones que prefiera.