La financiación a empresas armamentísticas se cuela en las juntas de accionistas de varias entidades financieras

Coincidiendo con el período de asambleas y juntas de accionistas de las grandes empresas, el activismo accionarial cobra fuerza cuestionando malas prácticas y exigiendo transparencia

Es el caso de la campaña Banca Armada que, un año más, ha denunciado ante las juntas de accionistas de cuatro bancos españoles su vinculación con el negocio de las armas. Activistas de la campaña han comparecido en las reuniones de las entidades bancarias BBVA, Banco Sabadell, Banco Santander y Caixabank, celebradas durante las pasadas semanas. El objetivo, según informan, «explicar delante del consejo de  administración de las entidades financieras, las personas accionistas y los medios de comunicación algunas de las consecuencias derivadas de la relación entre los bancos y la industria de armamento, así como contribuir a la concienciación de toda la sociedad«

BBVA y la financiación de armas nucleares

El pasado 16 de marzo, Koldobi Velasco y Jon Narváez, activistas de la campaña, intervinieron en la Junta de Accionistas del Banco Bilbao Vizcaya (BBVA) para denunciar las reiteradas inversiones en empresas armamentísticas que la entidad vasca realizó durante el periodo 2019-2021. Más de 5.421 millones de euros destinados a compañías que participan de la militarización de fronteras y a empresas que mantienen, modernizan o fabrican armamento nuclear.

La intervención de Koldobi Velasco, activista de la campaña y miembro de AA-MOC, se ha centrado en la denuncia de las inversiones en empresas relacionadas con la contención de la “frontera sur” de Europa (alambradas, concertinas, cámaras de seguridad, etc.). Así, Grupo Eulen, ATOS o Accenture han recibido financiación del BBVA y forman parte de las empresas contratistas que han recibido encargos en la frontera sur.

Por otro lado, el también activista y miembro de SETEM Hego Haizea Jon Narváez, intervino para incidir en las inversiones que el BBVA realiza a empresas que fabrican armamento nuclear, a pesar de que existe legislación nacional e internacional que las limita y prohíbe. La entidad ha financiado durante el periodo 2019-2021, a siete empresas que todavía producen armamento nuclear en el mundo: Airbus, Boeing, General Dynamics, Honeywell International, Jacobs Engineering, Leonardo y Thales.

Banco Sabadell: inversión armamentística

El 24 de marzo, Antoni Tatay y Enrique Amérigo intervinieron en la Junta de Accionistas del Banco Sabadell, celebrada en Alicante. Los activistas denunciaron la participación y las inversiones realizadas por el banco en empresas armamentísticas durante el período 2019-2021, que han ascendido a más de 50 millones de euros.

Una de las denuncias de los activistas ha sido la constante financiación que recibe General Dynamics por parte del Sabadell. General Dynamics es una de las empresas que todavía fabrica armamento nuclear, pese a que en enero del año 2021 entró en vigor el Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares, después de que 51 países lo ratificaran.

“No rentabilicen el hecho de hacer campañas para ayudar a la guerra de Ucrania mientras están financiando empresas como General Dynamics, cuyas armas se han utilizado en muchos conflictos armados alrededor del mundo, y posiblemente se utilizan o se utilizaran también en el conflicto de Ucrania” , han denunciado.

Santander: crítica a su greenwashing

Por su parte, Sara Manserra y Gemma Amorós intervinieron, el pasado 30 de marzo, en la Junta de Accionistas del Banco Santander, celebrada en Boadilla del Monte.

Durante el período 2019-2021, el Banco Santander ha financiado ocho empresas que fabrican armamento nuclear, sumando un total de 5.344 millones de euros. Según datos de Banca Armada, esto supone «un incremento del 174% respecto al período anterior en lo que refiere a inversiones en empresas que fabrican armas nucleares”.

La activista Gemma Amorós ha denunciado en la reunión que el Banco Santander está utilizando el conflicto armado en Ucrania para lavar su imagen, y ha destacado: “en años anteriores estuvimos denunciando y relacionando su implicación financiera con empresas que fabricaron armamento que luego fue utilizado en conflictos armados como el del Yemen. Y les tendría que caer la cara de vergüenza de utilizar el conflicto de Ucrania para lavar su imagen con campañas de donaciones y de supuesto altruismo”.

CaixaBank: inversión en Indra

Por último, el pasado 8 de abril, los activistas de la campaña Banca Armada Davi Montesinos y Rafael González intervinieron en la Junta de Accionistas de Caixabank, celebrada en Valencia. Su intervención cuestionó la financiación continua a la empresa española Indra, compañía con una presencia muy significativa en todas las ramificaciones de la industria militar, así como en muchos de los conflictos armados actuales. En este sentido, la intervención ha finalizado exigiendo al banco “que deje de invertir en empresas que fabrican armamento y que se lucran de la Europa Fortaleza, y que son causantes de graves violaciones de los Derechos Humanos en nuestro territorio y alrededor del mundo”.

Todas estas intervenciones son posibles gracias a la cesión de voto por parte de personas accionistas de todo el Estado,  lo que permite a la Campaña Banca Armada denunciar las malas prácticas de estas entidades financieras con relación al negocio de la guerra. El Centre Delàs d’Estudis per la Pau, Setem (Catalunya y Valencia), RETS, Justícia i Pau y el Observatorio de la Deuda en la Globalización (ODG) son los promotores de Banca Armada, en la que también participan Fets-Finançament Ètic i Solidari, Alternativa Antimilitarista – MOC y Fundación Finanzas Éticas.

 

*Este artículo ha sido elaborada a partir de la informaciones de la web de la campaña Banca Armada