Diez años tras el Acuerdo de París, la banca sigue apostando por los fósiles
En 2015, la comunidad internacional selló en París un ambicioso acuerdo climático: mantener el calentamiento global muy por debajo de los 2 ºC e intentar ...
De valorsocialEn 2015, la comunidad internacional selló en París un ambicioso acuerdo climático: mantener el calentamiento global muy por debajo de los 2 ºC e intentar limitarlo a 1,5 ºC. Una década después, los flujos financieros cuentan otra historia: los grandes bancos del mundo destinan más del doble de financiación a proyectos de carbón, petróleo y gas que a energías renovables
Un nuevo informe de la entidad Reclaim Finance, titulado Banking on Business as Usual: The Energy Finance Imbalance, revela que, entre 2021 y 2024, los 65 mayores bancos canalizaron 3,28 billones de dólares a combustibles fósiles frente a 1,36 billones a energías limpias. Esto equivale a menos de medio dólar para renovables (0,42) por cada dólar a fósiles. Muy lejos del 6 a 1 que, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), sería necesario en 2030 para tener opciones reales de alcanzar la neutralidad climática a mediados de siglo.
Esta proporción apenas ha cambiado en cuatro años. En lugar de acelerar la transición, la banca parece estancada en el modelo fósil. Según el informe, sería necesario reducir un 60 % la financiación anual a combustibles fósiles y duplicar la inversión en energía limpia. Nada de eso, sin embargo, está ocurriendo.

Europa, mejor que otros… pero insuficiente
Los bancos europeos presentan los ratios más altos de financiación a energías limpias, con una media de 0,70, aunque todavía insuficiente. En contraste, las entidades de Estados Unidos (0,25) o Canadá (0,22) siguen apostando de manera clara por los fósiles. Japón (0,35) tampoco escapa del suspenso.
España aparece en una posición intermedia-alta: los tres grandes bancos —Santander, BBVA y CaixaBank— suman un ratio agregado de 1,03, es decir, en conjunto han financiado ligeramente más energías limpias que fósiles en el periodo 2021–2024. Sin embargo, a pesar de los compromisos climáticos, la cifra destinada a proyectos de carbón, petróleo y gas sigue siendo enorme: 96.597 millones de dólares destinados a combustibles fósiles pese a sus compromisos climáticos.
Gráfico del informe ©Reclaim Finance
El Sur Global, el gran olvidado
El informe advierte además de una fuerte desigualdad geográfica: el 93% de la financiación para energías sostenibles se concentra en países de la OCDE y China. Las economías emergentes, que representan dos tercios de la población mundial, apenas reciben el 18% de estas inversiones, a pesar de ser las más vulnerables a la crisis climática y las que más necesitan una transición justa.
La mayoría de los bancos analizados no han fijado objetivos financieros concretos para 2030. Solo 8 tienen metas para el sector eléctrico, y apenas 4 publican su ratio de financiación entre energía sostenible y fósiles. En muchos casos, se incluyen tecnologías controvertidas como la captura de carbono o la energía nuclear dentro de la categoría “sostenible”, lo que distorsiona los datos.
Llamada urgente a las entidades financieras
El informe lanza una llamada urgente a las entidades financieras para que asuman un papel activo en la transición energética. Les exige que establezcan objetivos financieros concretos para el año 2030, alineados con los compromisos climáticos internacionales. También les insta a depurar sus métricas, excluyendo tecnologías que no pueden considerarse sostenibles, como la captura de carbono o la energía nuclear. Finalmente, el informe subraya la necesidad de adoptar políticas sectoriales que limiten la expansión de los combustibles fósiles, especialmente en proyectos nuevos que comprometen los objetivos climáticos globales.
La ciencia lleva décadas advirtiendo del papel de los combustibles fósiles en el cambio climático. Los informes del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) confirman que el uso continuado de petróleo, gas y carbón es responsable de más del 75 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Además, estudios publicados en prestigiosas revistas como Nature han demostrado que para mantenernos por debajo de los 1,5 °C, más del 60 % del petróleo y gas existentes deben permanecer sin explotar. Cada dólar que se invierte en nuevos proyectos fósiles es, en términos climáticos, una apuesta contra el futuro. Diez años después del Acuerdo de París, el reloj climático sigue corriendo. Y mientras tanto, la banca mundial sigue apostando por el negocio de siempre.