Arcadi Oliveres: «desde la educación en finanzas se debe romper con la mirada lucrativa y especulativa del dinero»
Cuando daba clases de economía en la UAB (Universidad Autònoma de Barcelona), Arcadi Oliveres dice que siempre preguntaba a los estudiantes de primero, ...
De Alba Crespo RubioCuando daba clases de economía en la UAB (Universidad Autònoma de Barcelona), Arcadi Oliveres dice que siempre preguntaba a los estudiantes de primero, el primer día, qué pensaban que sería interesante estudiar en su asignatura. Una respuesta mayoritaria – «y no sé por qué misteriosa razón», dice irónicamente- era «la bolsa». Les gustaba sobre todo hablar de bolsa y de especulación. Él les decía que era una tontería, que «si la bolsa va bien es que vuestro bolsillo va mal.» Y viceversa, muy probablemente.
Oliveres, economista, ex presidente de la asociación Justícia y Pau, profesor durante años de economía ahora jubilado, cree, además, que para salir de esta lógica, hay que hacer muchos cambios en la educación y en cómo esta reproduce la sociedad; pero hace falta, sobre todo, cambiar de modelo económico.
En esta entrevista hablamos con él con motivo de la celebración del día de la Educación Financiera el 5 de octubre, jornada promovida por la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Banco de España, con objetivos opuestos a los que Arcadi Oliveres nos comparte.
¿Qué es para ti la Educación Financiera? ¿Cómo se contrapone con la propuesta de las entidades que convocan este día?
Yo diría que el dinero tiene que ser un instrumento para facilitar el intercambio entre personas, pero lo que pasa actualmente es que los movimientos de capital se han convertido en un instrumento de carácter especulativo. Creo que estamos en un gran error. Esto es fruto de la «sacralización» que se hace del dinero: constantemente las compañías telefónicas, o cualquier empresa de bienes y servicios nos ofrecen descuentos o beneficios, ofertas… como si la idea básica del movimiento económico fuera ganar, ganar, y ganar.
Tengo la impresión que para cambiar la educación financiera debemos sacar la ganancia de nuestro horizonte. Se debe poner en el foco para qué sirve el dinero, que evidentemente es útil para determinadas cosas, pero borrar la idea de especulación y de ganancia.
«El dinero es útil para intercambiar bienes pero se ha convertido en un instrumento especulativo. Para cambiar la educación financiera debemos sacar la ganancia de nuestro horizonte. «
Es difícil pensar en esta idea cuando el sistema económico en el que vivimos está precisamente basado en la ganancia y la especulación.
Evidentemente. Estamos en manos de un sistema económico, el capitalismo, y nuestra obligación, o la de los que pensamos en términos de banca ética y economía alternativa, es salir de él. Porque es un sistema explotador, que no permite que la gente cubra sus necesidades, que genera unos diferenciales muy grandes, que destruye el planeta…
¿Qué papel juegan la escuela, la universidad en esta construcción de imaginario y práctica capitalista, como también en generar un discurso contrario?
Yo había lamentado mucho que en la facultad de económicas de la Universidad de Barcelona (donde estudié hace más de 50 años) hasta hace un par de años había una sucursal del Banco Santander presidiendo la entrada. ¡Una de las entidades bancarias más impresentables del mundo, de las que cometen más fraude fiscal! Lo peor es que los grandes bancos no están únicamente presentes físicamente, de manera visible, también en los programas de estudio, incluso en el bachillerato, donde se impulsan estudios de educación financiera patrocinados por éstos, que explican a los estudiantes cómo especular mejor, cuáles son las grandes ventajas de la bolsa, y las ganancias genera.
«Los grandes bancos no están únicamente presentes físicamente en las facultades, sinó también en los programas de estudio de escuelas y universidades.»
Cuando se habla de la economía de la empresa, se fija como objetivo básico de una empresa el lucro, el beneficio, la ganancia, la expansión; sin pensar que la empresa lo que tiene que hacer es producir, facilitar el consumo, dar trabajo, etcétera.
Cuando empecé a trabajar en el año 1980 en la facultad de económicas de la Autónoma, como el sistema de economía que se explicaba en la facultad no me gustaba o no me parecía convincente o coherente a mi perspectiva, pedí a mi departamento cambiar de asignatura y de facultad. Me trasladaron a la facultad de políticas diciéndome que aquella facultad era «más libre, de espíritu no capitalista», donde podría hacer lo que más me gustara. Y me quedé 26 años, porque quería estar lejos de lo que se enseñaba en las facultades de economía.
Actualmente creo que es más grave: las facultades han facilitado, a través de los bancos, clases de educación financiera especulativa, y lo acompañan y condicionan con la concesión de becas o créditos universitarios, por lo que tienen a la gente atrapada. Enseñan capitalismo por un lado, y lo ejercen por el otro.
Es decir, en vez de «enseñar» economía en general o ciencias económicas, ¿las facultades de economía sirven para reproducir la economía hegemónica?
Sí, pero no pasa en todas. En Mondragón, en Euskadi, por ejemplo, está la cooperativa homónima, con una universidad que imparte estudios de economía. Allí las asignaturas de carácter financiero se cuentan de manera diferente: economía colaborativa, no especulativa, con finanzas éticas… Pero si en el Estado español hay, por ejemplo, 50 facultades de económicas, debe ser la única -o una de las pocas- que lo explica completamente de manera diferente.
Ha habido algún intentos, pequeños, de crear másters o postgrados de economía social y solidaria y finanzas éticas, pero no dejan de ser una excepción dentro de una norma donde las propuestas del sistema tienen mucha más presencia. Además, desde el ecosistema cooperativo, se está promoviendo esta «educación» en espacios formativos menos formales como cursos o talleres, la divulgación y extensión en ferias como la FESC, … sí hay voluntad de cambiar las cosas, pero hay que reconocer que en este momento es absolutamente minoritario.
¿Y hasta qué punto se puede educar al margen de esta visión dentro espacios más formales?
La educación es importantísima y una herramienta básica para cambiar las cosas. Pero al mismo tiempo responde a una «misión» de reproducción del sistema no sólo económico, sino ambién social, religioso, y de pensamiento, mientras la sociedad esté incluida dentro del mundo capitalista. Basta con abrir la radio, la televisión… todo está impregnado de un discurso de «gane usted más dinero», «compre esto más barato», «aproveche esta oportunidad». Y eso está en la mentalidad de la gente.
«La educación es una herramienta básica para cambiar las cosas. Pero al mismo tiempo responde a una «misión» de reproducción del sistema».
En la escuela o la universidad, basta con mirar cómo se explica el funcionamiento de una empresa: producir, vender, transportar, investiga y como objetivo, maximizar el beneficio. A partir de aquí todo va mal. Es muy difícil que alguien que ha aprendido esto en la escuela, a quien la televisión que ha mirado le explica esto, que el contenido de la publicidad que se encuentra recomienda estas cosas, pueda cambiar de opinión.
Hay que hacer un trabajo, que se está haciendo desde las Finanzas Éticas y la ESS, muy complicado y que es inseparable de un cambio de sistema económico.
¿Y crees que este sistema económico, en el momento actual de crisis, se ha evidenciado frágil? ¿Puede ser una oportunidad para poner sobre la mesa propuestas para dejarlo atrás, o será aún más difícil?
Los griegos decían que crisis era sinónimo de oportunidad, pero si somos realistas, y miramos cómo reaccionó la economía a la crisis de 2008, que precisamente fue una crisis provocada por la especulación financiera, ¡terminó afectando el bolsillo a todas y salvando los bancos! Y ahora, esta semana hemos visto que uno de los que más estafas hizo, Bankia, y uno de los más importantes delincuentes, Rodrigo Rato, camina tranquilamente por la calle.
¿Se podría haber aprendido la lección? Seguramente. Quizás el momento actual es aún más grave y nos obliga a reaccionar, pero vista la experiencia, no pondría la mano en el fuego. A mí me gustaría que esto fuera así, pero veo que las cosas no van por este camino.
Para poner otro ejemplo, y volviendo a Bankia, una banca que al ser salvada por el gobierno, y que por tanto era de propiedad pública. Y en vez de aprovecharlo para crear una banca pública en el Estado español, lo que hacemos se fusionarla con una privada más grande (CaixaBank). Y desaparece la oportunidad. Es decir, en lugar de responder tal como parece que la crisis exigía, se responde a la inversa.
«En lugar de responder tal como parece que la crisis exigía, se ha respondido a la inversa: legitimando un modelo de finanzas que presiona las personas y evade responsabilidades»
Aparte de legitimar un modelo de finanzas, que sale ileso del golpe, se sigue apostando por la concentración de grandes corporaciones, que se ha demostrado poco funcional…
Así es. Grandes corporaciones que presionan los clientes, tienen un trato desigual, cobran intereses abusivos, se esconden en paraísos fiscales, no pagan impuestos, y en muchos casos actúan con carácter delictivo. En la facultad, lo decía así, porque me parecía que había que decirlo: finanzas es igual a delincuencia. No todas las finanzas, claro, pero sí las que imperan.
Y estos «delincuentes» que mencionas son los que están en las aulas haciendo «educación financiera».
Sí, y muchas veces consiguen que haya personas siguiendo estos pasos, haciendo carrera en grandes bancos o priorizando el beneficio al bienestar. Y en este sentido hay algo que me da más miedo que los bancos: los fondos de pensiones, donde mucha gente invierte dinero durante 30 años de su vida; dinero que ponen a disposición de especuladores, que no rinden cuentas; dinero que financian la industria armamentista, o la petrolera, etc. mientras vamos diciendo que estamos en contra de todo esto.
«Educación financiera también es aprender a hacer un uso del dinero: no consumir en empresas que cometen fraude fiscal, o no invertir en entidades que financian las armas o el cambio climático.»
Y esto ocurre porque nos amenazan con que nunca se podrán pagar las pensiones, pero es mentira. Si no existiera el fraude fiscal, si el dinero del fraude fiscal lo destináramos a pagar pensiones, las pensiones se incrementarían en un 80%. Si hacemos fondo de pensiones no es que sea necesario, sino porque hay fraude fiscal. Esto también nos lo deberían enseñar cuando hablamos de educación financiera: a hacer un uso de nuestro dinero consecuente, no consumiendo en empresas que cometen fraude fiscal, por ejemplo.