Clima, los grandes bancos prefieren el maquillaje a la concreción
Los objetivos de descarbonización establecidos por los grandes bancos internacionales son en gran medida ineficaces. Y por eso deberían repensarse. A esta conclusió...
De Andrea BaroliniLos objetivos de descarbonización establecidos por los grandes bancos internacionales son en gran medida ineficaces. Y por eso deberían repensarse. A esta conclusión se llega en un informe de la organización no gubernamental Reclaim Finance, publicado el 19 de septiembre. El documento analiza los objetivos sectoriales de las 30 mayores entidades de crédito que se han sumado a la Net Zero Banking Alliance (NZBA). Una coalición de actores del mundo de las finanzas que pretende (o al menos debería) encaminar al sector para limitar el calentamiento global a un máximo de 1,5 grados centígrados, de aquí a finales de siglo.
«Los objetivos de los bancos son innecesariamente complejos, confusos y opacos»
Los bancos que se unieron a esa alianza adoptaron trece categorías de objetivos. Si bien, de estos, sólo dos de ellos parecen verdaderamente capaces de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en la economía real. Para todos los demás, según Reclaim Finance, lo que falta es un enfoque correcto del problema capaz de hacer realmente útiles los planes de transición de los bancos. Una observación que la propia organización ya había hecho en el pasado, sin que fuera escuchada, evidentemente.
El informe se centra en particular en 243 objetivos de descarbonización, que deberían haber actuado sobre los sectores más responsables de las emisiones que modifican el clima: desde la producción y el consumo de combustibles fósiles hasta el acero, pasando por el aluminio y el sector de la construcción . «En general, estos compromisos son innecesariamente complejos, confusos y opacos – explica la ONG -. La mayoría no permiten establecer un vínculo directo con una reducción de emisiones por parte de las empresas, dado que las métricas utilizadas son verdaderamente financieras y no tienen relación directa con las emisiones en sí. Además, en muchos casos se mezclan diferentes sectores, diferentes unidades de medida y servicios financieros.»
Un caos, por tanto, que hace imposible evaluar verdaderamente cuáles son los efectos concretos de los compromisos adoptados a bombo y platillo por los bancos. «Se agrupan diferentes medidas, se utilizan categorías confusas y objetivos inconsistentes . Estamos a años luz de la transparencia necesaria”, comenta Paddy McCully, analista de Reclaim Finance.
Contabilidad climática, bancos en el salón de belleza
En particular, el informe se centra en los objetivos de descarbonización basados en las llamadas «emisiones financiadas» (excluidos los préstamos) y emisiones «facilitadas» (a través de actividades de mercado). De hecho, como ya ocurrió en el pasado, las reducciones de emisiones se calculan en función de una serie de variables financieras, por ejemplo, en relación con el valor de cada empresa. Es decir, si aumenta el valor de las empresas presentes en la cartera de un determinado banco, el total de «emisiones financiadas» puede disminuir sin que las emisiones realmente disminuyan, por razones puramente contables.
En términos aún más simples: imaginemos que el valor de las «emisiones financiadas» por un banco a través de las actividades que realiza en los mercados, en referencia a una determinada empresa que cotiza en bolsa , es igual a 500. Añadamos que el valor de la misma empresa es 150. La relación entre las «emisiones financiadas» y el valor de la empresa será por tanto de 500/150, valiendo por tanto la primera 3,3.
Ahora imaginemos que el banco sigue operando en el mercado sin ningún cambio. Y que la empresa también sigue emitiendo la misma cantidad de CO2, con los mismos negocios realizados de la misma forma. Sin embargo, al mismo tiempo la empresa ve cómo su valor en bolsa crece de 150 a 200. La relación, por tanto, pasa a ser 500/200. Y la cifra relativa a las «emisiones financiadas» baja del 3,3 al 2,5 . Pero en realidad, no se ha hecho absolutamente nada por el clima.
Sólo 5 de los 30 bancos analizados no utilizan estas métricas de «cumplimiento»
Para las entidades de crédito, sin embargo, se trata de una excelente noticia, ya que podrán presumir de resultados numéricos de descarbonización, aunque sean puramente cosméticos. Y, dado que las burbujas especulativas siguen aumentando indefinidamente los valores de las empresas que cotizan en bolsa, el resultado es que quienes se han unido a la NZBA pueden causar una buena impresión, sin ningún esfuerzo. Si a esto le sumamos que sólo 5 de los 30 bancos analizados no utilizan este tipo de métricas, se entiende fácilmente la magnitud del problema. Más aún porque incluso aquellos que quieren hacer las cosas de forma correcta y eficaz actualmente sólo tienen a su disposición este tipo de métricas.
*Artículo publicado originalmente en italiano, en el portal homólogo valori.it