Fondo Dalia: impulso para la autonomía de organizaciones feministas
Para las organizaciones sociales, acceder a financiación resulta un desafío constante. Las organizaciones feministas no son una excepción: la falta de recursos ...
De valorsocialPara las organizaciones sociales, acceder a financiación resulta un desafío constante. Las organizaciones feministas no son una excepción: la falta de recursos estables compromete su capacidad de acción y sostenibilidad a largo plazo. En los últimos cuatro años, el Fondo Dalia ha destinado un total de 250.380 euros a más de 40 organizaciones en España, respaldando iniciativas que buscan fortalecer la autonomía económica de las mujeres y la lucha por la igualdad de género y los derechos humanos. Su más reciente asignación, de 56.000 euros repartidos entre 16 colectivos, refleja la persistente necesidad de recursos para que estos espacios continúen desarrollando su labor.
La dificultad para acceder a financiación estable sigue siendo una barrera estructural que limita el impacto y la continuidad de estas organizaciones. Esto se desprende del informe sobre la financiación de las organizaciones cooperativas y profesionales de mujeres y feministas en el Estado español, coordinado por la Fundación Calala y elaborado en 2023. El estudio señala que el 77,1% de las organizaciones feministas en España dependen de financiación externa, y un 44,6% enfrenta serias dificultades para acceder a fondos públicos. Esta situación se traduce en una gran fragilidad y una constante incertidumbre sobre su futuro. En este contexto, iniciativas como el Fondo Dalia se vuelven indispensables.

El origen del Fondo Dalia
El Fondo Dalia nació en 2020 como respuesta a la crisis derivada de la pandemia, un contexto que agravó aún más la situación económica de muchas organizaciones lideradas por mujeres. Impulsado por Calala Fondo de Mujeres, este fondo cuenta con el apoyo de siete entidades comprometidas con la economía social y solidaria feminista. Su principal objetivo es garantizar recursos económicos a colectivos que trabajan en ámbitos como la violencia de género, la inserción laboral, la educación y la defensa de derechos. A diferencia de otros mecanismos de financiación, el Fondo Dalia no solo otorga dinero, sino que también proporciona formación y espacios de encuentro para fortalecer a las organizaciones beneficiarias. Así, no solo alivia la urgencia económica inmediata, sino que contribuye a generar una mayor autonomía financiera a largo plazo.
El acompañamiento que ofrece el Fondo ayuda a sobrellevar otros problemas estructurales que enfrentan las organizaciones feministas. Tal y como revela el informe, muchas de estas entidades tienen dificultades para cubrir gastos básicos, como los sueldos de su personal o los costes administrativos. De hecho, el 67,5% de ellas considera que la burocracia asociada a la solicitud y justificación de fondos es un obstáculo significativo. En este sentido, la dependencia de subvenciones públicas genera un círculo vicioso: las organizaciones deben destinar una cantidad considerable de tiempo y esfuerzo a gestionar estas ayudas, en lugar de centrarse en su trabajo social. Esto las hace más vulnerables ante cambios políticos o recortes presupuestarios.

Alternativas para la sostenibilidad
Para lograr una mayor estabilidad financiera, algunas organizaciones han comenzado a explorar nuevas vías para diversificar sus fuentes de ingresos. Modelos de economía social y solidaria, como la generación de servicios propios, las redes de apoyo mutuo o el cooperativismo, están ganando terreno como formas de asegurar una mayor autonomía. En este sentido, el Fondo Dalia también fomenta la conexión entre organizaciones para que compartan experiencias y estrategias en torno a la sostenibilidad económica.
Otra alternativa que ha cobrado fuerza en los últimos años es el crowdfunding. Plataformas de micromecenazgo han permitido que colectivos feministas consigan financiación directa de sus propias comunidades, sin depender de grandes instituciones. No obstante, esta opción no es sostenible para todas las organizaciones y suele requerir una base social sólida y estrategias de comunicación bien diseñadas.
Para que el feminismo siga transformando la sociedad, es imprescindible garantizar que sus organizaciones puedan sostenerse económicamente. La existencia del Fondo Dalia es una opción, pero este tipo de iniciativas no puede ser la única respuesta. Es necesario que las administraciones públicas, la sociedad civil y el sector privado se comprometan con un modelo de financiación más estable y accesible para el movimiento feminista. Mientras tanto, iniciativas como el Fondo Dalia son un impulso en la lucha por la autonomía de estas organizaciones.