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Internacional

Hefboom: cuatro décadas de finanzas éticas desde Bélgica

A mediados de los años ochenta, en Bélgica, comenzaba a tomar forma una propuesta financiera alternativa a la banca convencional. Hefboom —que en ...

De Sara Garcia Martin
©Hefboom

A mediados de los años ochenta, en Bélgica, comenzaba a tomar forma una propuesta financiera alternativa a la banca convencional. Hefboom —que en neerlandés significa “palanca”— surgía como una cooperativa de crédito con un objetivo muy concreto: financiar los primeros talleres ocupacionales para personas con discapacidad o necesidades especiales. La idea era usar el dinero como herramienta de inclusión social. La constitución oficial tuvo lugar el 7 de noviembre de 1985. Desde entonces, Hefboom no ha dejado de evolucionar: de aquellos inicios centrados en la integración laboral pasó a convertirse en un referente en la financiación de proyectos de la economía social en Flandes y Bruselas.

En sus inicios, el foco de Hefboom fue proporcionar financiación ética para emprendedores sociales. Con el paso de los años, la cooperativa amplió tanto los sectores apoyados como los servicios. Hoy, la entidad combina la financiación (préstamos, participaciones y microcréditos) con servicios de consultoría financiera y empresarial, así como con la gestión accionarial de organizaciones sociales. “Ofrecemos más que préstamos. Usamos nuestra experiencia de más de 40 años en financiación ética para asesorar a organizaciones sociales en sus estrategias financieras y empresariales”, explica Margaux Van der Velde, responsable de comunicación de la entidad.

©Hefboom
Democracia y transparencia como ADN

La estructura cooperativa marca la diferencia. Hefboom celebra cada año una Asamblea General, donde sus accionistas —en su mayoría personas particulares, pero también organizaciones sociales— tienen voz y voto. La comunicación constante y la consulta en cuestiones estratégicas forman parte de la práctica habitual.”Creemos mucho en la colaboración: trabajamos estrechamente con varios socios y clientes de nuestra red, lo que ha llevado a colaboraciones estructurales. En este sentido, nuestra red también ayuda a definir nuestra oferta y el alcance de nuestro trabajo”, comenta Margaux Van der Velde.

La transparencia es otro de sus pilares. Antes de aceptar nuevas inversiones, la entidad analiza tanto la alineación con su misión como el origen de los fondos. “Defendemos el principio de “primero el impacto social”. Eso significa que nuestros accionistas invierten en Hefboom sabiendo que nuestro objetivo principal es el beneficio social, no el beneficio financiero. Y eso implica ser muy rigurosos con nuestros socios y accionistas ”, señala Van der Velde. 

En los últimos veinte años, Hefboom ha apoyado a más de 1.600 organizaciones sociales y pequeños emprendedores con una financiación acumulada superior a 90 millones de euros. Solo en 2024 concedió 11,8 millones en créditos. Estas cifras consolidan su papel como una referencia en el ámbito de las finanzas éticas en Bélgica.

Retos y mirada al futuro

Hefboom fue uno de los miembros fundadores de FEBEA, la red europea de finanzas éticas. Desde esa plataforma impulsa el intercambio de experiencias y la defensa de que ética y sostenibilidad dejen de ser excepciones para convertirse en norma en todo el sistema financiero. “Creemos que es importante concienciar sobre la financiación ética, intercambiar ideas y unir fuerzas para aumentar nuestro impacto. No solo dentro del sector, sino también frente a las instituciones financieras tradicionales, para que la ética y la sostenibilidad se conviertan en norma”, explica la responsable de comunicación de la entidad. 

La financiera belga afronta dos grandes desafíos: atraer capital paciente —inversiones a largo plazo que no exijan rentabilidad inmediata— y reforzar su visibilidad en un entorno donde bancos convencionales y grandes consultoras también compiten por el sector social sin contar con la misma experiencia. Con un equipo reducido, Hefboom también busca formas de conectar con la juventud. Ha intensificado su presencia en redes sociales y la creación de contenidos en vídeo, y se plantea en el futuro colaborar con universidades para acercar las finanzas éticas a las nuevas generaciones. “Las finanzas son relevantes en la vida de todos, todos estamos implicados en ellas. Por eso, lo primero es informarse sobre el sistema financiero global: cómo funciona, por qué pagas impuestos, qué ocurre con tu cuenta de ahorros, qué significa invertir, etc. Una desconfianza saludable o una actitud crítica es importante, pero debes estar informado para tomar buenas decisiones. Especialmente en una época en que muchos influencers o instituciones ofrecen “soluciones fáciles” sobre cómo ganar dinero o gestionar tus ahorros o inversiones.”, recomienda Margaux Van der Velde. 

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