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Parte 2
Finanzas Eticas

La historia de FEBEA a través de sus cuatro presidentes

En sus 20 años de historia, FEBEA ha pasado por muchos cambios. Ha tenido que hacer frente a cuatro crisis internacionales (desde el 11-S hasta ...

De Valentina Neri, periodista
©Rachaphak/iStockPhoto

En sus 20 años de historia, FEBEA ha pasado por muchos cambios. Ha tenido que hacer frente a cuatro crisis internacionales (desde el 11-S hasta la Covid-19, pasando por la crisis financiera y la crisis griega), pero también ha vivido la evolución hacia una Unión Europea cada vez más fuerte y cómo la «sostenibilidad», por fin, se encuentra en lo más alto de la lista de prioridades de empresas, instituciones y ciudadanía. En medio de estas y otras revoluciones, la tarea de FEBEA siempre ha sido apoyar una economía local más justa y solidaria, manteniendo el camino recto para evitar que el propio concepto de «finanzas éticas» se diluya y pierda fuerza y sentido.

¿Quién mejor para relatar este viaje que quien lo ha vivido en primera persona? Los cuatro presidentes que han ocupado el cargo durante estos años: Jean Paul Vigier (2001-2007), Karol Sachs (2007-2011), Fabio Salviato (2011-2017) y Pedro M. Sasia (2017 en adelante), reflexionan sobre varios temas. 

¿Cómo nació FEBEA y con qué objetivos?

Jean Paul Vigier. En 2000, cuando propuse que se reunieran la Caisse populaire du Nord-Pas-de-Calais, Hefboom, Credal y Banca Etica, tenía en mente la experiencia de FINANSOL, en Francia, y el sistema de garantías creado en América Latina para apoyar a los bancos solidarios. Pensé que las organizaciones europeas de finanzas éticas y solidarias podrían organizarse para dotarse de herramientas comunes para su desarrollo. Esta idea fue aceptada. Como el euro estaba a punto de convertirse en la moneda única, era necesario enfrentarse a las autoridades europeas y, posiblemente, al Banco Central Europeo. En aquel momento, la creación de una institución bancaria solidaria y ética que reuniera a los futuros socios era una hipótesis utópica. Por lo tanto, se tomó la decisión de crear una federación, que se convirtió en la FEBEA.

Jean-Paul Vigier ha sido el primer presidente de FEBEA, desde su fundación en 2001 hasta 2007
FEBEA experimentó un aumento de miembros en los primeros años, tras lo cual se decidió limitar la expansión de la red y centrarse en el concepto de finanzas éticas y en el procedimiento de afiliación. ¿Por qué?

Karol Sachs. Por un lado, Credit Coopratif quería que FEBEA fuera un socio de la Comisión Europea. Para ser socio, había que tener miembros en la mitad de los países de la UE más uno, por lo que entonces se necesitaban al menos diez, mientras que hoy se necesitan quince, porque también está Europa del Este. Por otra parte, desde el principio los miembros eran muy heterogéneos. Credit Cooperatif es una institución muy grande, mientras que BISE (más tarde TISE, ed.), Caisse Solidaire, La Néf, Hefboom, Banca Etica y Credal eran mucho más pequeñas que hoy. 

Jean Paul Vigier. La diversidad de los miembros era tal que era necesario conocerse mejor y organizarse antes de dar cabida a demasiadas organizaciones.

Karol Sachs. En la historia de FEBEA siempre ha existido un mecanismo de parada y arranque. Al principio, se necesitaba mucha gente para existir, pero cuantas más organizaciones es más difícil entenderse. FEBEA nació durante la crisis del 11 de septiembre de 2001, luego vinieron las crisis de 2008 y 2020. Cada vez nos adaptamos y propusimos nuevas formas de funcionamiento.

Pedro M. Sasia. A medida que crecía el interés por las finanzas éticas y el descontento del público con el papel de los bancos en las crisis, era importante preservar el espacio de FEBEA de las amenazas del «lavado ético». Hoy en día la ética vende, y es muy común manipular el concepto en un eslogan sin contenido. Por eso es tan importante preservar no sólo la definición de nuestro espacio, sino también un modelo de gobernanza de la Federación con estructuras y procesos claros y transparentes. Un modelo que garantiza que los principios, valores y comportamientos de los miembros responden a un modelo coherente y reconocible de finanzas éticas. 

Karol Sachs ha sido presidente de FEBEA desde 2007 a 2011
¿Cuáles han sido las aportaciones más importantes de FEBEA durante estos años?

Jean Paul Vigier. Al principio, el objetivo era satisfacer las necesidades de los afiliados mediante una especie de mutualización. El Fondo de Garantía Solidaria (Fonds Guarantee Solidaire) y SEFEA (Società Europea Finanzas Etica e Alternativa) se crearon con este espíritu. 

Fabio Salviato. Creada en 2002, SEFEA es la herramienta operativa de la federación. Es una especie de laboratorio que da vida a estos instrumentos, donde cada miembro participa en la gestión. También ha sido importante, con relación al microcrédito, la fase de acreditación con el Banco Europeo de Inversiones y el Fondo Europeo de Inversiones (FEI). En este sentido, presentamos a varias entidades socias al FEI, quien les ha proporcionado fondos para el microcrédito en Europa.

Karol Sachs. Ha sido el ejemplo de FEBEA el que ha hecho que las organizaciones de microfinanzas se federaran en dos organizaciones, una en Europa Central y otra en Europa del Este.

Pedro M. Sasia. En los últimos años, FEBEA se ha centrado más en reforzar el intercambio entre los miembros, que ahora cuentan con estructura y estabilidad suficientes para desarrollar nuevos productos y servicios financieros. La Federación ha desempeñado un papel muy importante a la hora de ayudar a los miembros a acceder a los programas de apoyo público, en particular a los fondos europeos, y de intercambiar información y casos de éxito relacionados con estos programas.

¿Qué ha supuesto la crisis financiera mundial para la banca ética?

Pedro Sasia. Solemos decir que, en su momento, nos ahorró media hora de explicaciones sobre aquellos riesgos del sistema financiero que las finanzas éticas venían poniendo de manifiesto desde hace muchos años. La crisis también ha servido para dejar claro que no se pueden plantear alternativas al sistema financiero sin marcos regulatorios adecuados (con medidas que en algunos casos deben ser globales, como las relativas a los paraísos fiscales o la Tasa Tobin) y sin mostrar a la opinión pública las consecuencias sociales y medioambientales de las decisiones económicas que se toman en la vida privada. 

Desde 2014 se han unido a FEBEA miembros de Eslovenia, Croacia, Grecia y Rumanía. ¿Qué claves de interpretación podemos dar a esta ampliación hacia el este?

Fabio Salviato. En 2004, diez países se adhirieron a la Unión Europea al mismo tiempo, la brecha económica y social era enorme y las autoridades financieras internacionales necesitaban estimular su desarrollo. Identificamos dos sectores -la agricultura limpia y la artesanía- y, como FEBEA / SEFEA, creamos CoopEst. En cada país, desde Lituania hasta Bulgaria, CoopEst identificó bancos de referencia y abrió una línea de crédito. Un sistema que ha funcionado muy bien, con muy poco riesgo.

Pedro Sasia. Muchos países de Europa del Este llevan varios años desarrollando proyectos de finanzas éticas, y FEBEA ha estado y sigue estando muy cerca de ellos. 

Karol Sachs. Durante la crisis, ningún banco convencional podía prestar a Grecia, pero los bancos éticos sí.

Mediante la cooperación de los miembros de FEBEA, creación de COOPEST, un instrumento creado en 2006 y destinado a apoyar las estructuras bancarias de Europa del Este para la financiación de las economías reales locales.
¿Cuáles han sido los momentos más significativos en la evolución de FEBEA? 

Jean Paul Vigier. Para mí, los tres momentos más importantes han sido la propia creación de FEBEA, la puesta en marcha de los primeros instrumentos y, sobre todo, la atracción que ha despertado desde el principio. Partiendo de la nada, ha sabido responder a una necesidad y ser reconocida a nivel europeo. A pesar de las inevitables diferencias de cultura y tamaño, siempre he apreciado el deseo de todos de permanecer juntos y avanzar.

Pedro M. Sasia. El principal logro ha sido la capacidad de delimitar el espacio de las finanzas éticas en Europa, construir dinámicas de diálogo con las instituciones europeas y establecer alianzas con otros actores relevantes.

Karol Sachs. Con FEBEA hemos demostrado que otra forma es posible. La ampliación de las entidades socias también muestra que estábamos respondiendo a una necesidad. Un país sin bancos ni finanzas es una catástrofe (como lo es un país con demasiadas finanzas), porque significa que los pequeños empresarios no tienen acceso al crédito.

COOPMED, una empresa destinada a apoyar (mediante herramientas financieras y de consultoría) el desarrollo de la economía social en los países del área del Mediterráneo Sur.


Fabio Salviato. Uno de los momentos más importantes para mí ha sido la convocatoria en el Elíseo de la iniciativa CoopMed, un fondo de inversión dedicado al desarrollo de la economía social en los países mediterráneos (Túnez, Marruecos, Palestina, Líbano, Turquía). FEBEA fue reconocida como un socio importante para el tema del Mediterráneo. También hemos aportado nuestra parte a África con el fondo FEFISOL, en el que el Banco Europeo de Inversiones ha invertido unos diez millones de euros. Por último, gracias también a nuestra presión, se han publicado las primeras disposiciones sobre la economía circular y la financiación de impacto. 

Karol Sachs. También mencionaría la iniciativa Europe Active y la integración a nivel de FEBEA del movimiento del microcrédito.

Pedro M. Sasia. Otro logro ha sido dotar a la propia Federación de la estructura y los recursos suficientes para poder desarrollar una estrategia de crecimiento constante, con un equipo propio de profesionales y una oficina en Bruselas que nos permite ofrecer a nuestros miembros diversos servicios: un canal abierto con las instituciones europeas, participación en proyectos de investigación, iniciativas de formación.

Karol Sachs. FEBEA es apasionante. En los años de FEBEA he aprendido muchas cosas, había ideas por todas partes.

Las finanzas éticas han pasado de ser un pequeño sector a tener un papel destacado, especialmente en Europa. ¿Qué ha hecho FEBEA (y qué hará) para mantener su credibilidad?

Fabio Salviato. Al principio era un pequeño grupo al que miraban con curiosidad las instituciones europeas y el Banco de Italia, que observaban la alta intensidad de empleo de las inversiones combinada con la baja tasa de fracaso. Ha habido un reconocimiento progresivo y, yo diría, un logro importante. Hasta el año 2000, una cooperativa de tipo social se consideraba no financiable,: nosotros hemos permitido que este tipo de entidades tenga acceso al crédito, incluso de los bancos tradicionales. Hablamos de un mundo que en Italia representa el 3% del PIB, pero que en su momento fue penalizado porque, aparte de grandes nombres como Acli, Arci o Caritas, estaba formado únicamente por microorganizaciones. A lo largo de los años, también se ha establecido un diálogo con la Comisión Europea sobre la economía circular, la financiación de impacto, los bonos de impacto social, etc. Al principio eran ideas, hoy son leyes. 

Pedro M. Sasia. A pesar del crecimiento de la Federación, los valores fundamentales y el perímetro cultural de las finanzas éticas han permanecido intactos, con una carta de principios y un procedimiento de ingreso de nuevos miembros capaces de preservarlo de las tentaciones del maquillaje ecológico o social, tan comunes en estos tiempos. Últimamente hemos insistido en la necesidad de incorporar, dentro de las definiciones, criterios y taxonomías sobre finanzas sostenibles, no sólo el elemento medioambiental sino también contenidos sobre los impactos sociales y la gobernanza de las entidades financiadas.

Fabio Salviato, presidente de FEBEA de 2011 a 2017

Fabio Salviato. FEBEA debe ayudar a desenmascarar los casos de maquillaje ecológico. Hoy su papel podría ser aún más importante porque se ha producido una pandemia que ha cambiado nuestra forma de vida y la orientación de las empresas y del mundo económico-financiero. Las empresas, ya sean pequeñas, medianas o grandes, deben ser responsables. El Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR) de Italia está orientado en esta dirección, la evaluación del SDGS es una constante y en unos años entrará en vigor el impuesto sobre el carbono.

¿En qué punto se encuentra el diálogo entre la banca ética y las instituciones europeas?

Fabio Saviato. Para ser sincero, no fue fácil al principio. Teníamos que darnos a conocer. Al estar en Bruselas fue automático participar en eventos y crear redes, como la del microcrédito. También hay que decir que FEBEA reúne a treinta bancos pequeños y medianos: nuestro gran valor añadido no reside en el número, sino en el hecho de que haya una federación europea, que haya treinta bancos éticos. Esto significa que es posible hacer finanzas de una manera diferente, hacerlas bien y hacerlas de forma rentable.

Pedro M. Sasia. Hoy en día, las instituciones europeas tienen un claro interés en las finanzas éticas, dado que los fondos de la UE de próxima generación se dirigen a proyectos de economía social y solidaria, protección del medio ambiente, cooperación al desarrollo, apoyo a grupos vulnerables… Estos ámbitos requieren una vocación y unos conocimientos (una cultura, en definitiva) que no son fáciles de encontrar fuera de las finanzas éticas.

Ahora la atención se centra en la recuperación post-Covid y desde muchos frentes se pide que sea verde y justa. ¿Vamos en la dirección correcta?

Jean Paul Vigier. Creo que la orientación hacia la financiación de la transición ecológica es inevitable. FEBEA y sus miembros deberían convertirse en un actor importante en este ámbito. Existe una clara coherencia entre la acción social en Europa, el desarrollo de los países pobres y la acción ecológica.

Karol Sachs. A nivel de manifestaciones estamos en el buen camino. En la práctica es mucho más difícil. Hoy el problema es relanzar las actividades.  Necesitamos políticas para soluciones ecológicas, locales y participativas. Pero siempre debemos considerar las consecuencias prácticas de las acciones, sin encerrarnos en el pensamiento ideológico. Por ejemplo, si se quiere reducir el número de vuelos, ¿qué ocurre con el sector turístico y los países que viven de él? 

Pedro M. Sasia, presidente de FEBEA desde 2017

Pedro M. Sasia. Incluso después de la crisis financiera de 2008, los políticos hablaban de una «refundación del capitalismo», de «una profunda transformación cultural en nuestras sociedades», etc. Los efectos, en la práctica, distan mucho de lo proclamado. Nos arriesgamos a que esta vez ocurra algo similar. Hablar de «verde y justo» es un buen comienzo, pero detrás debe haber decisiones concretas, revisión de prioridades, consideración de los actores sociales habitualmente alejados de los centros de decisión, mayor conciencia pública para un consumo responsable que premie a quienes adopten estrategias orientadas a una auténtica sostenibilidad social y ambiental.

Fabio Salviato. Está claro que se ha superado el punto de no retorno. No basta con tapar los agujeros, hay que cambiar el sistema de gestión de nuestros negocios, empresas o ciudades. Por ejemplo, los empresarios italianos que han emprendido este camino son el 5%, y eso ya es algo, porque antes de la pandemia era el 1%. El 95% restante sólo quiere maximizar su inversión, cueste lo que cueste. A este ritmo, nunca alcanzaremos los objetivos de 2050. Las instituciones europeas han dado un gran impulso, pero también necesitamos la voluntad del mundo empresarial. Desgraciadamente, nuestra sociedad civil no tiene todavía una gran conciencia medioambiental; en cambio, en el ámbito social, tenemos un voluntario por cada diez habitantes. FEBEA puede actuar como estímulo, indicando la dirección a seguir. Ya hemos cambiado un trozo de historia, con la cultura y el ejemplo. 

Pedro M. Sasia. La apuesta por una verdadera transformación, como asume FEBEA, requiere no sólo propuestas financieras concretas, sino también un trabajo cultural y la voluntad política de regenerar los espacios sociales para que esa transformación sea posible.

¿Cuál es su visión del futuro de las finanzas éticas?

Jean Paul Vigier. Las finanzas éticas y solidarias son una respuesta modesta pero real a los cambios económicos que se están produciendo en el mundo. Permite a los ahorradores mantener el control de sus opciones financieras éticas y participar así en el desarrollo de nuevos escenarios económicos, dando sentido a sus inversiones.

Pedro M. Sasia. A corto plazo, hay muchas oportunidades para el desarrollo de las finanzas éticas. Por un lado, se van consolidando una serie de marcos jurídicos y normativos que lo reconocen como un espacio socialmente valioso que hay que proteger. Por otro lado, existe un creciente interés por modelos financieros alternativos a los ofrecidos por los grandes actores mundiales. La institucionalización de las finanzas éticas, con FEBEA, sugiere un período de fortalecimiento, con una identidad diferenciada y alta credibilidad. Sin embargo, este proceso está fuertemente condicionado por los marcos normativos que puedan desarrollarse a nivel regional. A pesar de los múltiples llamamientos a la necesidad de preservar la biodiversidad en el ecosistema financiero en Europa, se sigue utilizando el criterio «one fits all«, que no reconoce las particularidades de las finanzas éticas y las penaliza en muchos aspectos.

Fabio Salviato. Mi expectativa es que las instituciones, las organizaciones, las empresas y las finanzas sean capaces de entender, y hacer suyo, lo que las finanzas éticas en Europa han conseguido. Se trata de cambiar un mercado enorme: hace falta formación, un sector financiero capaz de apoyar el cambio y una política que acompañe este momento difícil pero apasionante. Esta es la década decisiva. Es la década en la que los seres humanos pueden recuperarse de la sobreexplotación del planeta y permitir a las generaciones futuras vivir una vida serena y digna. 

Karol Sachs. Transformar la economía mundial es muy difícil. Tenemos que avanzar e innovar, no castigar. Las finanzas éticas tienen dos objetivos en este proceso: financiar lo pequeño y lo local, según las necesidades de la gente y los criterios medioambientales; financiar lo que los bancos tradicionales no pueden financiar, la innovación.

Historia de FEBEA

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