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Parte 7
Educación financiera

20 años no es nada, cuando se trata de finanzas éticas.

Para quienes – como yo – pensamos en castellano, la idea de que han pasado veinte años de algo, nos lleva sin remedio a la canció...

De Daniel Sorrosal, Secretario General de FEBEA
©BrianAJackson/iStockPhoto

Para quienes – como yo – pensamos en castellano, la idea de que han pasado veinte años de algo, nos lleva sin remedio a la canción «Volver«, de Carlos Gardel. Este bello tango, nos recuerda con melancolía, que veinte años no son nada en el devenir del tiempo. Sin embargo, en el caso de las finanzas éticas los últimos veinte años han dado mucho de sí. Este dossier demuestra cómo un concepto que, aunque ya existía en la practica hace 20 años, ha ido tomando forma, y ha atraído a organizaciones en diferentes países.

Las finanzas éticas se han desarrollado en una forma especifica y reconocible de hacer finanzas que no solo contribuye a mejorar nuestra sociedad y el medio ambiente, sino que produce además buenos resultados financieros. Hasta el punto que hoy la banca tradicional, al menos en su comunicación, intenta asociar a su imagen una parte de los principios de las finanzas éticas.

FEBEA: un lugar para intercambiar ideas y prácticas

En su desarrollo institucional, las finanzas éticas se han dotado de un instrumento común de intercambio y representación, FEBEA, la Federación. Y en retrospectiva, creo este ha sido uno de los grandes aciertos de aquellos visionarios que empezaron a hacer finanzas pensando en el bien común. Y que decidieron, casi desde el principio, asociarse con sus equivalentes en otros países europeos.

La Federación ha permitido que las entidades financiadoras éticas puedan intercambiar ideas, puedan experimentar y puedan desarrollar instrumentos comunes de financiación. Además, FEBEA ha contribuido a definir y explicar tanto el perímetro de acción como la razón de ser de sus miembros.

Diálogo con las instituciones europeas y acceso a instrumentos europeos

El proyecto común que es FEBEA, ha permitido también a las entidades financiadoras éticas poder mantener un diálogo constante con las instituciones europeas. Este diálogo se inició buscando el reconocimiento de las instituciones europeas de la aportación de las finanzas éticas a la sociedad, la economía y el medio ambiente. Con el tiempo, este diálogo se ha convertido en una relación mas compleja.

A día de hoy, FEBEA participa en múltiples discusiones a nivel europeo, que van desde aspectos sobre la regulación bancaria,  la definición de sostenibilidad social y ambiental, la implementación de políticas de apoyo al empleo y la creación de empresas, o más recientemente al desarrollo de la economía social.

Por otra parte, la relación con Europa, ha permitido a los miembros de FEBEA acceder a instrumentos financieros europeos – esencialmente programas de garantías – que potencian el desarrollo de sus actividades de crédito. Esta participación importante en el uso de los instrumentos financiero europeos ha transformado a los miembros de FEBEA en los referentes principales a nivel europeo en materia de finanzas sociales.

FEBEA ha ayudado a la difusión de las finanzas éticas

Estos veinte años han permitido que FEBEA explique al mundo qué son y para qué sirven las finanzas éticas. Han demostrado también que las finanzas éticas pueden ser muy útiles como instrumento de implementación de políticas públicas – de inclusión, empleo, innovación social y sostenibilidad-. Y han transformado una visión casi utópica de las finanzas, y una actividad minúscula dentro del mundo financiero, en la referencia a imitar por el sector bancario – si no en los hechos, al menos en las palabras – como forma de construir un futuro sostenible e inclusivo para las generaciones venideras.

En el mundo tan imprevisible en que vivimos, y en medio de una pandemia de la que todavía no vemos el final, resulta difícil proyectarse hacia los próximos veinte años. Pero sí me atrevo a imaginar aquí, cómo puede ser la próxima década. Y en este momento, las perspectivas para las finanzas éticas son más que positivas a nivel europeo.

El futuro de las finanzas éticas

Por una parte, hay un creciente interés, por parte de las instituciones europeas, en el rol positivo que pueden tener las finanzas en el desarrollo de una economía mucho más sostenible y una sociedad mas justa e inclusiva. Y eso pone a las entidades financiadoras éticas en la vanguardia de lo que las finanzas pueden aportar a la sociedad. La agenda europea de finanzas sostenibles, la taxonomía verde y la taxonomía social, son ejemplos del interés de Europa por otro tipo de finanzas e instrumentos para incentivar que el mundo financiero se implique en el reto de la sostenibilidad y de la inclusión social.

En ese contexto, los miembros de FEBEA, no solo tienen mucho que aportar, ya que ha sido pioneros en estos ámbitos, sino que tienen una experiencia y un savoir faire casi único. Nuestro desafío en la próxima década va a ser, poner en valor nuestro modelo de finanzas que va de hecho muy por delante de lo que Europa empieza solo a imaginar. Y explicar cómo puede ser útil en el actual desarrollo de políticas europeas de sostenibilidad, crecimiento económico e inclusión social, como el “Green Deal”, el “Next Generation Fund” o “Invest EU”.

El desarrollo de la economía social

Además de la agenda de sostenibilidad, la Unión Europea va a desarrollar en la próxima década un plan integral de desarrollo de la economía social. Y este plan nos afecta de manera directa a las entidades financiadoras éticas, porque somos las principales entidades financiadoras de la economía social a día de hoy y, además, nos hemos especializado con el tiempo en responder de manera efectiva a las necesidades de este sector. Por ello, todas las medidas legislativas, de financiación y de promoción de la economía social que va a poner en marcha la Unión Europea en los próximos años, suponen una enorme oportunidad para los financiadores éticos. Primero porque promueven un modelo económico que es también el nuestro y que pone a las personas por delante de los beneficios, que promueve la reinversión de estos en favor de la misión social y ambiental; y un modelo de gestión participativo y democrático de las organizaciones. Y segundo, porque cuanto más crezca la economía social más podrán crecer las finanzas éticas, financiando este crecimiento.

Crece la necesidad de unas finanzas diferentes

Por último, la sociedad europea que vive actualmente su tercera crisis económica en 20 años, es cada vez mas receptiva hacia el rol que las finanzas tienen en la creación y la aceleración de estas crisis. Con cada nueva crisis, un numero importante de ciudadanos se replantean sus prioridades, su forma de consumir, su rol como actores en la sociedad. Y esto les lleva a cuestionarse qué sucede con su dinero y para qué lo utilizan las instituciones financieras tradicionales.

La ciudadanía que se preocupa por la crisis climática, por los efectos de la pandemia en la economía, por el modelo cortoplacista y extractivo de nuestras grandes empresas, también lo hacen por cómo se comportan los bancos e inversores. Esto supone una enorme oportunidad para las entidades financiadoras éticas de atraer un mayor número de personas ahorradoras, inversoras y clientas, que impulsen su crecimiento como entidades de crédito y como actores positivos de cambio. El desafío de FEBEA y de nuestros miembros ha de ser el responder a una demanda cada vez más grande con nuevos servicios de ahorro, inversión y financiación.

Los retos de FEBEA

Por todo esto, FEBEA se ha puesto ya a trabajar junto con sus miembros en lo que hemos llamado el Plan Kairos, un proceso participativo en el que hemos involucrado a nuestros miembros en el diseño de la estrategia futura de FEBEA. Una estrategia que nos prepare para hacer frente a todos estos desafíos y que nos permita transformar el viento de cola que nos llega de la Unión Europea y de nuestras propias sociedades en herramientas para hacer crecer las finanzas éticas en toda Europa. La palabra griega kairos, significa «el momento justo para hacer algo». Las entidades financiadoras éticas nos encontramos probablemente, más que nunca, en ese momento kairos. Es responsabilidad nuestra pasar a la acción y acelerar nuestro crecimiento en la próxima década. Las finanzas éticas deben seguir construyendo una economía más social e inclusiva, una sociedad más justa y solidaria y un futuro más sostenible para nuestros hijos.

Espero que, en el futuro, cuando hagamos balance, podamos contradecir de nuevo a Carlos Gardel y celebremos lo mucho que habrán dado de sí los próximos veinte años.

Crisis sanitaria: un reto para las finanzas éticas

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