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Género y finanzas

Invertir en mujeres: el impacto transformador de las finanzas éticas

Lograr la igualdad de género va más allá de tener una cuenta bancaria o acceder a financiación. Son solo dos aspectos a ...

De valorsocial
Foto ©iStock

Lograr la igualdad de género va más allá de tener una cuenta bancaria o acceder a financiación. Son solo dos aspectos a mejorar para lograr el empoderamiento económico de las mujeres. Pero forman parte de cinco elementos esenciales para acelerar ese fortalecimiento económico de las mujeres: recursos, trabajo, tiempo, seguridad y derechos. Conectar a las mujeres con los recursos financieros puede servirles de ayuda para cubrir sus necesidades básicas, empezar un negocio o expandirlo. Pero igualmente importante es su progreso en el mundo laboral, invertir en la transformación del sistema de cuidados, construir sociedades libres de violencia de género o  garantizar que haya voces de mujeres en todos los espacios de toma de decisiones.

«Invirtiendo en las mujeres podemos impulsar el cambio y acelerar la transición hacia un mundo más sano, seguro e igualitario para todas y todos», indican desde ONU Mujeres. Conscientes de esa importancia, el lema de la organización en 2024 para celebrar el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), es “Invertir en las mujeres, acelerar el progreso».

Los datos demuestran que si se redujeran las brechas de género, el PIB per cápita podría aumentar un 20%. Por ello, para ONU Mujeres «es fundamental reconocer los derechos de las mujeres como una cuestión de inversión, a fin de crear soluciones transformadoras que permitan a las mujeres realizar sus derechos, escapar del ciclo de la pobreza y prosperar de verdad». Las finanzas éticas lo tienen claro. La igualdad forma parte de sus principios.

Anna Fasano, presidenta de Banca Etica

Precisamente un 8 de marzo de hace 25 años inició su actividad Banca Etica, abriendo su primera sucursal, en Padua (Italia). El compromiso del Grupo Banca Etica con la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento femenino está presente desde ese inicio en todas las entidades del Grupo, tanto en Italia como en España. Tal y como indica su último informe de impacto, en el año 2022 la entidad concedió préstamos a 327 empresas y entidades lideradas por mujeres, «que representan el 25,2 % de las organizaciones y empresas financiadas durante el año por el banco, por un total de 49 millones de euros«, explica el informe. Es el caso de la barcelonesa cooperativa Metzineres , que crea entornos de cobijo para mujeres que usan drogas y sobreviven a múltiples situaciones de vulnerabilidad y violencia. En su espacio del barrio del Raval barcelonés, procura entornos de seguridad para estas mujeres. También Colori Vivi, una empresa social de mujeres de Turín fundada en 2020, crea puestos de trabajo, vinculados al sector textil, para mujeres, entre ellas inmigrantes procedentes de Pakistán, Senegal y el Congo.

Anna Fasano es presidenta de Banca Etica, una de las pocas mujeres que ocupan este alto cargo en entidades financieras. Preguntada, en una entrevista del pasado 2023, sobre las herramientas de las finanzas éticas que facilitan el acceso al crédito por parte de las mujeres, recordaba diferentes formas de intervención: «reforzar la educación financiera, requisito previo para un acceso adecuado al crédito y a los servicios bancarios; promoción de proyectos con gobernanza femenina o dedicados a la inclusión socioeconómica de las mujeres en redes con socios de cooperación; y también evaluación de la financiación en función de la capacidad de generar espacios inclusivos (medición de la presencia de mujeres en los consejos de administración, en la dirección, presencia de herramientas de conciliación, etc.)». 

En la cooperativa de servicios financieros éticos Coop57, más de sesenta iniciativas de economía social y solidaria , impulsadas por mujeres, trans y personas no binarias, son socias de la cooperativa. Como indican desde la propia entidad «la economía social y solidaria y la economía feminista tienen como lucha común la superación del capitalismo, para dejar de poner en el centro los intereses del mercado y del trabajo productivo. Para cambiar el foco y centralizar los cuidados y el sostenimiento de la vida como objetivo de todas las esferas productivas y reproductivas«. Es el caso de la cooperativa aragonesa TIEBEL, con más de treinta años de historia. Surgida como respuesta a la situación de desempleo de un grupo de personas, comenzó prestando servicios de ayuda a domicilio, limpieza profesional, pintura o jardinería, convirtiéndose con el tiempo en un centro de formación ocupacional y orientación laboral. Su objetivo social: la generación de puestos de trabajo, preferentemente para la mujer. Por eso, de las 593 personas que han trabajado en Tiebel en en todos estos años, el 83% son mujeres. Para cumplir su objetivo, promueven y hacen uso de las finanzas éticas a través de su participación en Coop57.

Foto ©Oikocredit Euskadi

La entidad internacional Oikocredit  es uno de los mayores financiadores privados de microfinanzas. Proporciona crédito y capital social a cooperativas productivas, organizaciones de comercio justo y pequeñas y medianas empresas con impacto social. Desde su creación, en 1975, ha tenido como objetivo aumentar las oportunidades y los recursos económicos de las mujeresEsto incluye atender a las mujeres como clientes y reconocer que las mujeres deben estar presentes en la mesa donde se toman las decisiones», explican en su informe de impacto 2023. El 87% de sus clientes finales son mujeres. Clientas como Basilia Solano quien a través de un pequeño préstamo sin aval pudo fortalecer su ferretería en Bolivia, proporcionando servicio a domicilio y ampliando sus productos. El 34 % de las organizaciones socias de microfinanzas  de Oikocredit tiene, al menos, un 50 % de mujeres en su liderazgo. La propia entidad, Oikocredit Internacional, cuenta con una directora general, la neerlandesa Mirjam ‘t Lam.

En un sector financiero altamente masculinizado, las finanzas éticas son una alternativa y un instrumento de transformación social. Por ello, apuestan por invertir en las mujeres contribuyendo así no solo a aumentar la cuota de activos y su participación financiera si no aportando recursos a cuestiones tan importantes como la creación de puestos de trabajo para mujeres, recursos que acompañan y protegen, servicios de mejora del sistema de cuidados, etc. Aún con mucho camino por recorrer, las finanzas éticas son una herramienta para profundizar en los espacios de encuentro con la economía feminista.

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