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¿Qué muestran realmente los datos mundiales sobre migración?

La gran mayoría de las personas sigue viviendo en el país donde nació, no cruza fronteras. La mayor parte de los movimientos de ...

De Sara Garcia Martin
Foto ©iStock

La gran mayoría de las personas sigue viviendo en el país donde nació, no cruza fronteras. La mayor parte de los movimientos de migración internacional se lleva a cabo de manera segura, ordenada y regular. Estas son parte de las conclusiones del último Informe sobre las Migraciones en el Mundo 2024, publicado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Los datos pretenden «normalizar» el discurso migratorio, frente al sesgo negativo y las estrategias de desinformación que impregnan el discurso público, político y social sobre la migración.

La migración internacional sigue siendo relativamente baja: apenas el 3,6% de personas en todo el mundo son migrantes internacionales. O lo que es lo mismo, una de cada 30 personas es migrante. Esto significa, según la estimación más reciente, que en 2020 había en el mundo aproximadamente 281 millones de migrantes internacionales. Desde la perspectiva histórica, no obstante, el número estimado de personas migrantes internacionales ha aumentado en las últimas cinco décadas. La cifra en 2020 es superior en 128 millones a la cifra de 1990 y triplica con creces la de 1970.

Actualmente hay un mayor número de hombres que de mujeres migrantes en el mundo, excepto en las personas mayores de 60 años. La brecha de género ha aumentado progresivamente en las últimas dos décadas. Desde el año 2000 la proporción de mujeres migrantes ha descendido, mientras que el porcentaje de hombres migrantes ha aumentado en un 1,3%.

Infografía del Informe sobre las Migraciones en el Mundo 2024 ©IOM
Migración como motor de desarrollo humano

La investigación pone el foco en cómo la migración supone un motor de desarrollo humano. Pero también aporta datos que indican que puede reportar considerables beneficios no sólo para las personas migrantes, sino para sus familias y los países de origen. Los números analizados indican un aumento global de las remesas (transferencias de dinero o en especie que las personas migrantes hacen directamente a sus familias o comunidades en los países de origen) en las últimos décadas. De los 128.000 millones de dólares en 2000 a 831.000 millones de dólares en 2022. Los países de ingresos bajos y medianos han seguido recibiendo grandes cantidades de remesas, cuyo volumen aumentó un 8% entre 2021 y 2022. Desde mediados de la década de 1990, las remesas internacionales han superado con creces la ayuda oficial para el desarrollo destinada a los países en desarrollo y la inversión extranjera directa.

Según datos de 2022, los cinco principales países receptores de remesas fueron (en orden descendente) la India, México, China, Filipinas y Francia. Los países de altos ingresos son casi siempre la principal fuente de remesas internacionales. EEUU ha sido, durante decenios, el primer país de origen de remesas del mundo, seguido de Arabia Saudí, Suiza y Alemania. También China, además de ser uno de los principales países receptores,  también ha sido una importante fuente de remesas internacional.

Infografía del Informe sobre las Migraciones en el Mundo 2024 @IOM

El informe expone que aunque la inmigración puede algunos producir efectos negativos en los mercados de trabajo (por ejemplo, en los empleos y salarios de las personas trabajadoras nacionales), suelen ser consecuencias bastante reducidas. Por contra, la investigación destaca cómo la migración permite potenciar las competencias, incrementar los ingresos nacionales y mejorar el nivel de vida medio. «También puede repercutir positivamente en el mercado de trabajo aumentando la oferta de mano de obra en sectores con escasez de trabajadores, no sólo en sectores que emplean mano de obra cualificada sino tambien en ocupaciones con menor ocupación«, subraya la investigación.

Cuando la migración irregular es la única opción disponible

La gran mayoría de las personas que migran a otros países lo hacen por motivos relacionados con el trabajo, la familia o los estudios. Son procesos migratorios que, en su mayor parte, no son fuentes de grandes problemas ni para los migrantes ni para los países que los acogen. «La migración tiene lugar mayormente de manera segura, ordenada y regular«, indican en la investigación. Sin embargo, hay quienes abandonan sus hogares y sus países por una serie de razones a veces trágicas, como conflictos, persecuciones o desastres. Aunque estas personas obligadas a desplazarse (como personas refugiadas y personas desplazadas internas) representan un porcentaje relativamente bajo del total de migrantes, suelen ser las que más asistencia y apoyo necesitan.

«La respuesta sobre adónde, cómo, cuándo y con quién migran las personas a menudo depende de las opciones disponibles, muchas de las cuales vienen determinadas por las políticas nacionales y la integración regional«, indica el estudio. Un análisis de los datos sobre las poblaciones de migrantes internacionales a lo largo de 25 años deja claro que, mientras las vías regulares que parten de países en desarrollo se han reducido de forma considerable, las vías que tienen su origen en países desarrollados han aumentado .Por consiguiente, «para un creciente número de personas en todo el mundo, la migración irregular —incluida la vía del asilo— constituye la única opción disponible«, evidencia la investigación.

El informe pone de manifiesto una creciente desigualdad en materia de movilidad ya que muestra que actualmente la mayoría de los procesos de migración internacional tienen lugar entre países ricos y excluyen cada vez más a los países más pobres. «Esto pone sobre el tapete la cuestión crucial de la aspiración de migrar que albergan muchas personas de países en desarrollo en todo el mundo, quienes querrían aprovechar las nuevas oportunidades existentes en otros países, pero no pueden hacerlo por falta de vías regulares para la migración internacional«.

A pesar de los avances en la gobernanza mundial en materia de migración, como la firma del Pacto Mundial para la Migración en 2018, persisten tensiones respecto a las prioridades y las medidas que se deben adoptar para impulsar la gobernanza mundial de la migración. Algunas de las tensiones que surgen en los ámbitos regional y nacional alteran la cooperación en el plano mundial poniendo de manifiesto la existencia de prioridades contrapuestas entre los Estados. Por ello desde la OIM se puesta por un enfoque integrador. «La migración requiere un auténtico enfoque pangubernamental y pansocial. Los cambios en materia de gobernanza mundial de la migración solo beneficiarán a las persona en movimiento si la nueva estructura de gobernanza se adapta a esta realidad«, concluye el informe.

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