Un estudio aborda el uso de las finanzas éticas en la Economía Social y Solidaria catalana
Un reciente informe, publicado por el Observatorio de las Finanzas Éticas, analiza la relación entre las entidades de la Economía Social y Solidaria (...
De valorsocialUn reciente informe, publicado por el Observatorio de las Finanzas Éticas, analiza la relación entre las entidades de la Economía Social y Solidaria (ESS) en Catalunya y las finanzas éticas. Mediante el análisis de indicadores de uso de las finanzas éticas en 1.101 iniciativas de la Xarxa d’Economia Solidària y encuesta detallada a 229 entidades de la ESS en Cataluña, el estudio busca comprender el nivel de adopción, los obstáculos existentes y las oportunidades para fortalecer los vínculos entre ambos sectores.
El informe señala que, aunque el 62% de las entidades encuestadas tienen al menos un servicio contratado con finanzas éticas, el uso integral sigue siendo limitado. Solo el 12% de las organizaciones gestionan el 100% de sus recursos en entidades de finanzas éticas. Entre los sectores más comprometidos destacan las entidades juveniles (100% de uso) y las de justicia global (75%), mientras que el llamado tercer sector alcanza un 53,57%, una mejora significativa respecto al 32% registrado en 2019.
La distribución territorial también es importante. Las entidades de la comarca del Barcelonès (a la que pertenecen algunos de los municipios más poblados de Catalunya) muestran un mayor grado de adopción para todos los servicios financieros. Por ejemplo, Fiare Banca Etica pasa de ser la tercera opción en el conjunto de Catalunya al segundo lugar en esta comarca, y Coop57 incrementa su peso como proveedor de financiación del 32% al 37%.
Los servicios más demandados
La financiación es el servicio en el que las finanzas éticas han alcanzado mayor implantación: más de la mitad de las entidades se financian a través de entidades de finanzas éticas. Por su parte, la operativa bancaria diaria, como cuentas corrientes y gestión de pagos, es menos común en las finanzas éticas, con solo un 27% de uso, compartido frecuentemente con bancos tradicionales. En general, los servicios de las finanzas éticas en relación con la operativa bancaria han evolucionado y mejorado mucho en los últimos años. Esta evolución se refleja en la valoración que hacen las entidades que los utilizan (7,35 sobre 10), pero no parece reflejarse en las respuestas de las entidades que no los utilizan.
Entre las razones para no usar finanzas éticas, la falta de oficinas es la más citada (44%), seguida por la necesidad de gestión de efectivo y terminales de pago (32%) y las limitaciones tecnológicas para operativa en línea (29%). Estos problemas afectan especialmente a las entidades fuera de Barcelona, donde la gestión de efectivo es una dificultad para el 57% de las organizaciones. No obstante, como indica el informe, puede existir aún cierto desconocimiento sobre los avances de las entidades de finanzas éticas en la operativa diaria u opciones alternativas. Un ejemplo puede ser el uso de TPV, ya que «muchas entidades no necesitan tener este servicio y, en caso de necesitarlo, pueden optar por plataformas independientes que ofrecen este servicio y que serían complementarias con tener la operativa bancaria en las finanzas éticas«.
Las opciones de ahorro e inversión que ofrecen las finanzas éticas también son muy desconocidas. Una cuarta parte de las entidades encuestadas no conocen las opciones de ahorro de estas entidades. Cabe destacar que un 24% de las entidades declara tener intención de migrar a las finanzas éticas pero, en muchos casos, los compromisos con financiación tradicional condicionan la posibilidad de cambio.
Gráfico del informe «L’accés i l’ús de les Finances Ètiques per part de l’Economia Social i Solidària», ©Observatori de les Finances Ètiques
Oportunidades para las finanzas éticas
Aunque el informe destaca avances en el uso de las finanzas éticas por parte de las entidades de economía social y solidaria de Catalunya, aún quedan retos por delante. El informe subraya la necesidad de fortalecer la infraestructura tecnológica, ampliar la presencia territorial de las entidades éticas y mejorar los servicios para gestión de efectivo. También destaca la importancia de campañas de sensibilización y formación para reducir las barreras de percepción, aumentar el conocimiento y facilitar la transición hacia un modelo financiero ético.