25N: Cuatro artículos sobre las brechas de género en el ámbito económico

El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer se celebra anualmente el 25 de noviembre para denunciar la violencia que se ejerce sobre las mujeres en todo el mundo y reclamar políticas en todos los países para su erradicación. “La violencia de género comprende todo acto de violencia física y psicológica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de libertad”, indica la ley de violencia de género aprobada en España en 2004. Hoy sabemos que la violencia de género tiene también otras manifestaciones, más sutiles, como la violencia económica.

En febrero de este 2022, la magistrada Lucía Avilés, titular del Juzgado de lo penal número 2 de Mataró, celebraba que el Ministerio de Justicia se hubiera comprometido por escrito a estudiar su propuesta de tipificar la «violencia económica» machista como una modalidad de la violencia de género. En la carta de compromiso del ministerio, hecha pública por la jueza, se recuerda que el convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y el Pacto de Estado contra la violencia de género, de 2017, advierten sobre las diferentes formas de violencia machista existentes, mencionando «de forma expresa» las que tienen «naturaleza económica».

La jueza Lucía Avilés presentó esta iniciativa al incluir en una de sus sentencias que los efectos de la violencia económica de género son tanto o más nocivos que las agresiones físicas y suponen un empobrecimiento de las mujeres con un impacto real sobre su salud.

Ahondar en las brechas de género aún existentes en el ámbito económico, que en algunas ocasiones pueden desencadenar situaciones de violencia económica, es parte de lo que se puede encontrar en valorsocial. Por eso, hemos seleccionado cuatro artículos recientes con los que poder comprender mejor este tema. Igualmente, recordamos la publicación, en septiembre de 2022, del especial sobre «Mujeres y economía».

Inclusión financiera de las mujeres: una oportunidad de transformación

Raquel Coello Cremades y María Jesús González Sanz, consultoras en ONU Mujeres, nos recuerdan en este artículo que la desigualdad de género es una barrera para el desarrollo sostenible y la construcción de una sociedad más justa. Para avanzar entienden que es necesaria una visión crítica de la realidad social pero también de la mirada tradicional a la economía, por ejemplo, cuestionando el paradigma neoclásico económico, asentado sobre profundos sesgos androcéntricos y antropocéntricos y que oculta el papel fundamental del trabajo de cuidados en la reproducción social.

Igualmente, nos recuerdan que existe una alineación global (un ejemplo de ello es la Agenda 2030) sobre la importancia de avanzar hacia la inclusión financiera de las mujeres como una de las barreras estructurales para el acceso a oportunidades económicas. Por ello, creen que invertir en empoderamiento económico de las mujeres para avanzar hacia la igualdad de género es una cuestión compartida de derechos humanos y de justicia social.

Techo de cristal: el camino cuesta arriba de las mujeres

Este artículo, publicado por la redacción de valorsocial con motivo de la Día de la Mujer Trabajadora, nos muestra los datos del Índice de Igualdad de Género (GEI) 2022, elaborado por la empresa líder en información financiera Bloomberg. Los número muestran que si bien el acceso al mundo laboral es básicamente igual en términos de género, el ascenso a puestos de más responsabilidad aún dista mucho de la paridad, con un 23% de mujeres en puestos ejecutivos y solo un 7% en puestos de dirección general. Por tanto, aún no se ven cambios sustanciales en los puestos de poder

El artículo recoge unas declaraciones de Hedwige Nuyen, la presidenta de European Women on Boards (Ewob), que elabora el Índice de Diversidad de Género. Señala: “Al ritmo de avance actual, pasarán décadas antes de que tengamos un nivel aceptable de representación de mujeres al frente de las empresas. Dado que las mujeres representan la gran mayoría de los estudiantes universitarios, es impactante ver que solo el 7% de las empresas en Europa están dirigidas por mujeres”. Y añade «No podemos permitirnos semejante desperdicio de talento». 

¿132 años para acabar con la brecha de género en el mundo?

El pasado verano, varios medios se hacían eco de la publicación actualizada del índice anual relativo a la brecha de género en el mundo (Global Gender Gap Report 2022), que publica el  Foro Económico Mundial. Se escribieron titulares como “La brecha de género en el mundo se cerrará dentro de 132 años, según el WEF”, “Faltan 132 años para cerrar la brecha de género”…

Sara García Martín nos recordaba, en el artículo publicado en valorsocial, cómo el informe reconoce que“las diferencias salariales entre hombres y mujeres, las trayectorias profesionales desiguales, las diferencias de género en cuanto a conocimientos financieros y los acontecimientos vitales contribuyen a una desigual acumulación de riqueza entre hombres y mujeres a lo largo de la vida”. Además, el informe indica que la desigualdad en el acceso y el control de los recursos que crean riqueza (como la banca, la inversión, la herencia y la propiedad) puede contribuir a aumentar esa brecha.

Presencias invisibles. Las mujeres estamos, pero no somos

Charo Aguilera, socióloga y socia de Fonredess, nos recuerda en este artículo la situación de las mujeres en el ámbito de economía social, un sector que representa los intereses de más de 43.000 empresas y cuya facturación supone el 10% del PIB nacional. Haciendo un repaso a los principales datos publicados, la autora demuestra que en mayor o menor porcentaje las mujeres están presentes en los puestos de decisión y mando de este sector.  No obstante, la autora nos recuerda que las mujeres estamos, pero nuestra presencia aún pasa desapercibida en el imaginario colectivo.