Finanzas que surgen de la ciudadanía: Oikocredit y Coop57 celebran su trayectoria
Este mes de noviembre, las finanzas éticas están de celebración. Dos de sus entidades más representativas conmemoran su trayectoria.
De Sara García MartínEste mes de noviembre, las finanzas éticas están de celebración. Dos de sus entidades más representativas conmemoran su trayectoria, mirando las experiencias del pasado y encarando el futuro con nuevos retos. Oikocredit, cooperativa internacional de impacto social y referente en microcréditos en el Sur Global, conmemora su cincuenta aniversario. Por su parte, Coop57, cooperativa de servicios financieros éticos y solidarios nacida de una lucha obrera en Barcelona, alcanza los treinta años de trayectoria. Dos aniversarios de entidades que nacen en contextos muy diferentes pero que convergen en una misma idea: la ciudadanía como motor de cambio, y que demuestran que la participación democrática y la autogestión no solo son posibles, sino que pueden sostener estructuras financieras sólidas durante décadas.
Oikocredit: una cooperativa global
La idea de Oikocredit no nació en una oficina bancaria, sino que su creación responde al llamamiento del Consejo Mundial de Iglesias, en 1968, en Suecia, para redirigir el capital de las iglesias hacia el impacto social, en un contexto marcado por el apartheid y la guerra de Vietnam. El resultado fue la creación, en 1975, de la Ecumenical Development Cooperative Society (Sociedad Cooperativa Ecuménica de Desarrollo- EDCS), hoy Oikocredit, con una misión clara: apoyar la inclusión financiera y a las micro, pequeñas y medianas empresas en comunidades desatendidas. A finales de los años setenta, los primeros préstamos ya estaban muy lejos de su sede en los Países Bajos: en 1978, un crédito de 200.000 dólares permitió que 200 trabajadores de un hospital en Tamil Nadu (India) accedieran a una hipoteca; otro préstamo de 100.000 dólares apoyó al Fondo Ecuatoriano Populorum Progressio para impulsar pequeños negocios artesanales en Salinas (Ecuador).
Cinco décadas después, Oikocredit trabaja con más de 500 socios en 52 países de África, Asia, el Caribe y América Latina, y contribuye a mejorar la inclusión financiera de 53 millones de personas, en su mayoría mujeres y residentes en zonas rurales. Su cartera de financiación para el desarrollo ha pasado de unos 243.000 euros a más de 1.000 millones de euros, y su comunidad supera los 47.000 inversores que han decidido “poner su dinero a trabajar” para el impacto social. En el camino, la cooperativa ha incorporado nuevos ámbitos de acción: de las microfinanzas a la energía renovable, la agricultura sostenible y proyectos de vivienda asequible, siempre con la misma lógica: utilizar el ahorro ciudadano como herramienta de transformación

Coop57: de la lucha obrera de Bruguera a una cooperativa financiera propia
La historia de Coop57 arranca en un escenario completamente distinto. Año 1986, Barcelona. La mítica editorial Bruguera —la de Mortadelo, Zipi y Zape o Superlópez— cierra sus puertas. La mayoría de la plantilla acepta las indemnizaciones pactadas, pero un grupo de unas 80 personas se niega a asumir el despido en los términos marcados por la empresa y los grandes sindicatos. Ese grupo procede de un colectivo sindical propio, autogestionario, asambleario e independiente, que durante años había defendido los intereses de la plantilla desde una cultura obrera muy marcada por la participación directa.
Las personas trabajadoras disidentes llevan el conflicto a los tribunales. La magistratura declara el despido improcedente y la empresa recurre hasta el Tribunal Supremo, que vuelve a darles la razón. Ese largo proceso judicial genera salarios de tramitación e indemnizaciones superiores a las aceptadas por el resto de la plantilla. En lugar de repartirse sin más ese dinero, deciden poner en común una parte de esas cantidades para crear un fondo. En paralelo, muchas de esas personas se están vinculando con cooperativas surgidas de empresas en crisis, articuladas en una federación autónoma. Esas cooperativas explican las enormes dificultades que tienen para acceder a crédito en la banca convencional, pese a su solvencia social y económica. Con el acompañamiento de la cooperativa jurídica Col.lectiu Ronda, los antiguos trabajadores de Bruguera y cooperativas afines empiezan a imaginar un instrumento financiero propio.
De ese fondo inicial y de ese tejido cooperativo nace Coop57: una cooperativa de servicios financieros, éticos y solidarios que recoge ahorro de la sociedad civil y lo destina a proyectos de economía social y solidaria. Su objetivo declarado: contribuir a la transformación social de la economía, poniendo a las personas y a las comunidades por delante del capital. Con los años, la cooperativa se ha territorializado -está presente en Aragón, Madrid, Andalucía, Galicia, País Vasco, Asturias- y financia proyectos que van desde cooperativas agroecológicas y escuelas alternativas hasta cines cooperativos, radios libres, comunidades energéticas o cajas de resistencia para huelgas y luchas por la vivienda, siempre a través de decisiones colectivas en comisiones sociales y órganos asamblearios.

La ciudadanía en el centro: ahorrar, decidir, transformar
Los caminos de Oikocredit y Coop57 son distintos, pero comparten una misma idea: la ciudadanía organizada se apropia de las finanzas. En ambos casos, las finanzas dejan de ser un ámbito reservado a especialistas para convertirse en un espacio de participación democrática: personas que ahorran, organizaciones que piden crédito, comunidades que deliberan sobre qué proyectos merecen apoyo.
Ambas experiencias demuestran que cuando la ciudadanía decide crear sus propias instituciones financieras, el dinero deja de ser un fin en sí mismo y se convierte en un instrumento al servicio de la vida cotidiana: trabajo digno, vivienda, cultura, energía, educación, cuidados. Y ese es quizá el recordatorio más importante de estos aniversarios: las finanzas éticas no nacen en un laboratorio, sino en comunidades que se atreven a preguntarse qué quieren hacer con su dinero… y se organizan para hacerlo posible.