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Banca vs clima: cómo los grandes bancos siguen financiando la crisis climatica

Cada año, el informe Banking on Climate Chaos ofrece una imagen precisa y preocupante de cómo el sistema financiero sigue impulsando la crisis ...

De valorsocial
Imagen portada del informe Banking on Climate Chaos 2025

Cada año, el informe Banking on Climate Chaos ofrece una imagen precisa y preocupante de cómo el sistema financiero sigue impulsando la crisis climática. La edición de 2025, publicada por un consorcio internacional de organizaciones como Rainforest Action Network, BankTrack, Reclaim Finance y el Indigenous Environmental Network, revela que los 65 mayores bancos del mundo destinaron en 2024 un total de 869.000 millones de dólares para la financiación de empresas de combustibles fósiles.

De esa cifra, 429.000 millones se dirigieron a proyectos de expansión de combustibles fósiles, es decir, nuevos desarrollos que perpetúan la dependencia del petróleo, gas y carbón. Todo ello a pesar de que la Agencia Internacional de la Energía y el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático han advertido que no hay espacio para nuevas infraestructuras si se quiere mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 °C.

Gráfico del informe Banking on Climate Chaos 2025
Dónde operan los bancos que financian los combustibles fósiles

En Estados Unidos, los bancos destinaron 289.000 millones de dólares financiación fósil en 2024, lo que representa aproximadamente un tercio del total mundial. El mayor financiador de estos proyectos fue JPMorgan Chase, con 53.500 millones de dólares destinados a la industria fósil solo en 2024. Otros gigantes como Bank of America, Citigroup, Mizuho Financial y Wells Fargo también figuran entre los principales responsables de este aumento en el flujo de capital a energía fósil.

En Europa, el mayor financiador de combustibles fósiles en 2024 fue el británico Barclays, con más de 35.000 millones de dólares, lo que lo ubica como el único banco europeo dentro del grupo de los 12 bancos que más dinero destinaron a la industria fósil a nivel mundial, según el informe.Otros bancos europeos como Santander, BNP Paribas, Deutsche Bank y HSBC también financiaron ampliamente la industria fósil, con inversiones que oscilan entre 14.000 y 17.000 millones de dólares. Un año más, tres bancos españoles aparecen en el informe. Santander, BBVA y La Caixa destinaron 29.400 millones de dólares a la financiación de combustibles fósiles en 2024, a pesar de sus compromisos medioambientales y declaraciones sobre sostenibilidad.

En Asia, los bancos japoneses Mizuho, MUFG y SMBC financiaron el 12 % de la inversión mundial en combustibles fósiles, aunque la mitad de estos fondos fueron dirigidos a empresas en Estados Unidos. Los bancos chinos Citic y el Banco de China, en cambio, enfocaron casi exclusivamente sus inversiones en empresas fósiles nacionales.

Gráfico del informe Banking on Climate Chaos 2025

Compromisos climáticos, en papel pero no en acción

El informe advierte que, mientras los bancos promocionan compromisos climáticos y planes de descarbonización, en realidad han dado marcha atrás en sus propias políticas ambientales. En 2024, la financiación fósil no solo se disparó, sino que además el sector bancario retrocedió en sus estrategias de transición, debilitando o eliminando restricciones a la financiación de proyectos contaminantes.

Uno de los ejemplos más evidentes de este retroceso es el colapso de la Alianza Bancaria Net Zero (NZBA), creada en 2021 para impulsar la transición financiera hacia modelos bajos en carbono. En pocos años, la NZBA ha perdido miembros, reputación y credibilidad, y hoy menos de la mitad de los bancos analizados en el informe siguen adheridos a esta alianza. Los bancos de Estados Unidos, Canadá y Japón han abandonado el compromiso, evidenciando que las promesas voluntarias no garantizan una verdadera acción climática.

El informe concluye que los bancos, por sí solos, no tomarán las medidas necesarias para la transición energética. Los compromisos voluntarios han demostrado ser insuficientes, y el retiro de muchas instituciones de la Net-Zero Banking Alliance confirma que la autorregulación del sector financiero ha fracasado. Ante este escenario, los autores del informe consideran fundamental que los gobiernos y organismos reguladores adopten medidas vinculantes que obliguen a la banca a cumplir con objetivos claros de reducción de emisiones y eliminación del financiamiento a la expansión de petróleo, gas y carbón.

Los expertos coinciden en que se necesitan regulaciones estrictas que prohíban la inversión en nuevos proyectos fósiles y que exijan a los bancos planes de transición realistas y alineados con la meta de limitar el calentamiento global a 1,5 °C. Además, es clave garantizar que las comunidades afectadas por la industria fósil, especialmente los pueblos indígenas, tengan voz en las decisiones financieras y en la construcción de un modelo energético sostenible que priorice la justicia social. Sin medidas concretas y de aplicación obligatoria, el mundo continuará atrapado en un sistema financiero que antepone las ganancias cortoplacistas a la supervivencia del planeta y de sus habitantes.

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