Taxonomía: la Comisión Europea aprueba el gas y la energía nuclear como inversión sostenible
La versión final de la taxonomía publicada por la Comisión Europea incluye gas y energía nuclear, lo que ha provocado gran ...
De valorsocialLa versión final de la taxonomía publicada por la Comisión Europea incluye gas y energía nuclear, lo que ha provocado gran división interna
La Comisión Europea ha publicado la versión definitiva de la taxonomía para clasificar actividades económicas consideradas sostenibles desde el punto de vista medioambiental. Tras años de debates, el órgano ejecutivo de Bruselas ha decidido incluir la energía nuclear y el gas en esa lista de inversiones sostenibles. Ello ha provocado una importante división interna. El acto delegado presentado por la Comisión Europea ha mantenido esencialmente las posiciones adoptadas en el proyecto distribuido en diciembre. Esto ha provocado un verdadero terremoto interno. Algunos medios señalan como relevante que la decisión se ha tenido que someter a votación, cuando el organismo suele decidir por consenso. Según fuentes comunitarias, entre las personas que habrían votado en contra estaría el propio vicepresidente de la Comisión y jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell.
Austria y Luxemburgo han adoptado una postura aún más dura, llegando incluso a amenazar con llevar a la Comisión a los tribunales si la norma se aprueba realmente. El Consejo de la UE, que representa a los Estados miembros, puede rechazar la propuesta, pero necesita al menos el 72% de los Estados miembros (20) que representen, a su vez, al menos el 65% de la población de la UE. Por su parte, el Parlamento Europeo puede también rechazar la propuesta si logra mayoría en el Pleno, es decir, 353 diputados y diputadas en contra. Ambos organismos tienen cuatro meses para analizar el documento, alargo dos meses más en caso de dificultades.
Las denuncias de personas expertas y científicas no han sido escuchadas
Los llamamientos de expertos, científicos y ecologistas no han sido atendidos, ni tampoco las cifras aportadas por la ciencia. La energía nuclear presenta riesgos innegables desde el punto de vista de los posibles accidentes y la gestión de residuos. Esto entra en conflicto con el principio de «no hacer daño significativo», que se aplica tanto a la seguridad como a los residuos. En lo que respecta al gas, expertos y científicos denunciaban que si se quiere mantener el aumento medio de la temperatura global en un máximo de 1,5 grados centígrados a finales de siglo, no es posible seguir quemando combustibles fósiles de ningún tipo.
A pesar de ello, en Europa, con esta aprobación, hay espacio para nuevas centrales de gas. Con algunas restricciones: deben obtener un permiso de construcción antes de 2030 y no deben emitir más de 270 gramos de CO2 por kWh producido. Esto se aplica a los proyectos autorizados hasta el 31 de diciembre de 2030. Después, el valor tendrá que reducirse a 100 gramos durante todo el ciclo de vida de las plantas, lo que sigue siendo prácticamente imposible con la tecnología actual. Igualmente, las nuevas centrales eléctricas tendrán que sustituir a las infraestructuras existentes que son más perjudiciales para el clima.
Habrá que comprobar la actitud de los inversores
En caso de que la taxonomía se apruebe definitivamente incluyendo energía nuclear y gas, tras su paso por el Consejo y el Parlamento europeo, habrá que comprobar si los inversores deciden realmente apostar por estas tecnologías. Actores del mundo de las finanzas ya han expresado su gran perplejidad. Es el caso de los miembros del Grupo de Inversores Institucionales sobre el Cambio Climático (IIGCC), una organización que reúne a 360 fondos, fondos de pensiones y sociedades de gestión de activos que gestionan fondos por valor de 49 billones de euros, entre los que se encuentran gigantes como Allianz o Goldman Sachs. El 12 de enero, el IIGCC envió una carta abierta a la Comisión Europea para reiterar su oposición a la inclusión del gas en la taxonomía.
En el sector de las finanzas éticas, el Grupo Banca Etica, por ejemplo, ya ha hecho saber que no se basará en los criterios poco estrictos de la Comisión y excluirá tanto el gas como la energía nuclear de su horizonte de inversión.