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Finanzas Eticas

Comercio Justo: algo más que café y chocolate

Hace algunos años, en una reunión de esos Consejos de Cooperación al Desarrollo que se constituían en muchos municipios con la ...

De Sara Garcia Martin
Cartel de la campaña de este año de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo

Hace algunos años, en una reunión de esos Consejos de Cooperación al Desarrollo que se constituían en muchos municipios con la presencia de todo tipo de actores locales, con relación o no con la cooperación al desarrollo, una persona representante de la Cámara Comercio local preguntó: ¿qué es eso del comercio justo? ¿quiere decir que el resto del comercio es injusto? Obviamente, su preocupación tenía más que ver con la defensa de sus representados locales que con el sentido del Consejo en el que se sentaba. Pero esas preguntas hacían más pertinente aún el apoyo y la promoción de las acciones de Comercio Justo. Amparan el sentido del Día del Comercio Justo, celebrado este año el 13 de mayo.

Sí, el comercio internacional engloba transacciones y relaciones injustas. El último informe de Oxfam Intermon al respecto lo explica claramente, poniendo como ejemplo un sector emblemático para el Comercio Justo: el chocolate. “Los gigantes del chocolate cosechan enormes beneficios mientras sus promesas de aumentar los ingresos de las y los cultivadores caen en saco roto”, indica el titular de la nota de prensa enviada por la organización. Mensaje claro y respaldado por los datos que incluye la nota de prensa. “Las cuatro principales empresas de la industria chocolatera que cotizan en bolsa (Hershey, Lindt, Mondelēz y Nestlé) han obtenido solamente de sus divisiones dedicadas a la confitería beneficios conjuntos por valor de casi 15.000 millones de dólares desde el inicio de la pandemia”, explican desde la entidad. El informe incluye un trabajo de campo realizado por Oxfam en Ghana, uno de los productores mundiales de cacao. Muestra que los ingresos netos de las más de 400 personas productoras de cacao entrevistadas han disminuido un promedio de casi un 16 % desde 2020, llegando en el caso de las mujeres hasta casi un 22 %. Según el informe, nueve de cada diez aseguraron que su situación se ha deteriorado desde el comienzo de la pandemia.

Por tanto, cabe concluir, como afirma Amitabh Behar, director ejecutivo interino de Oxfam Internacional que “el chocolate mueve mucho dinero, pero las personas que lo producen no lo reciben. Agricultores y agricultoras trabajan muy duro y en condiciones extenuantes, pero no siempre pueden alimentar a sus familias«. Es decir, relaciones comerciales injustas que son las que se intentan denunciar cada año en este Día del Comercio Justo, celebrado a nivel internacional.

Cartel de la campaña de la World Fair Trade Organization (WFTO)
Los datos del Comercio Justo

Según la World Fair Trade Organization (WFTO), las 355 empresas de comercio justo que forman parte de esta red trabajan, repartidas en 80 países, generando un impacto en el medio de vida de casi 1 millón de personas, un 74% mujeres, apoyando sus negocios y medios de subsistencia. En España, la Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CEJ) agrupa a 30 de estas organizaciones. Su trabajo se centra en potenciar un sistema comercial alternativa y solidario, basado en la Carta de los Principios del Comercio Justo. En las relaciones comerciales derivadas del Comercio Justo se respetan principios vinculados a derechos humanos, laborales y sociales (salarios justos, precios justos, no utilización de trabajo infantil, etc.), se promocionan prácticas como libertad sindical o democracia en la toma de decisiones y se promociona la protección del medio ambiente, con una producción respetuosa con el entorno.

Según datos de Fairtrade Internacional, el sello más reconocido a nivel mundial que garantiza una variedad de criterios económicos, ambientales y sociales que deben cumplir los productores y comerciantes, casi 2 millones de personas agricultoras y trabajadoras confían en Fairtrade para certificar sus productos y ya son más de 1880 las organizaciones de productores certificados Fairtrade en todo el mundo

El último informe anual del sector en nuestro país, publicado por la CEJ, con datos de 2021, muestra unas ventas de Comercio Justo en España que alcanzan los 144,1 millones de euros. Aunque las ventas se mantienen, son cifras alejadas de las que registran otros países de nuestro entorno, donde el Comercio Justo tiene una presencia mucho mayor en el consumo de la población. La alimentación sigue liderando la facturación del sector en nuestro país, generando casi el 97% de las ventas, siendo el cacao, los dulces y el café los productos más vendidos.

Gráfico del informe » El Comercio Justo en España 2021″, © Coordinadora Estatal de Comercio Justo
Retos del sector: digitalización, envejecimiento o adaptación al cambio climático

No obstante, como indican desde la Coordinadora Estatal de Comercio Justo, “la comercialización de productos es una parte esencial de Comercio Justo y la más visible y conocida. Sin embargo, este movimiento necesita también de otras líneas de acción para avanzar hacia sus objetivos”. Entre esas otras acciones se encuentra la sensibilización, la movilización social, la denuncia o la incidencia política, todas ellas importantes para crear conciencia sobre la necesidad de una mayor justicia global.

Las diferentes crisis de los últimos años que han golpeado a varios de los actores del Comercio Justo como pequeñas tiendas o pequeños productores, el envejecimiento del sector, la necesidad de adaptación a un mundo digitalizado por parte de los pequeños comercializadores o inversiones para diversificar y adaptar cultivos a la actual emergencia climática son algunos de los problemas y retos a los que se enfrenta el sector en los próximos años.

Las finanzas éticas pueden ser un buen aliado del Comercio Justo en la consecución de sus retos. Comparten principios comunes, como concebir el acceso al crédito como un derecho y condición necesaria para la creación de oportunidades laborales, o basar las actividades financieras, comerciales y económicas, en aspectos como eficiencia, transparencia y responsabilidad. También es común la participación en las decisiones de la empresa por parte de accionistas, empleados y personas ahorradoras/consumidoras, ya sea una entidad de finanzas éticas o una entidad de Comercio Justo.

En definitiva, valores compartidos enfocados a poner a las personas por delante de los beneficios, en el centro de la economía, con una visión coherente de una economía sostenible y justa. Líneas de acción necesarias para avanzar hacia los fines que persigue el Comercio Justo. No es sólo comprar café y chocolate, es apoyar otro modelo de economía posible.

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