FEBEA pide ampliar la visión a temas sociales y de gobernanza en las denuncias de «greenwashing»

La creciente preocupación por las acciones de blanqueo ecológico y publicidad engañosa que afectan al sector financiero ha llevado a la Federación Europea de Bancos Éticos y Financiadores Alternativos (FEBEA) a publicar en estos días un informe de posicionamiento sobre el tema, editado con el apoyo de la Unión Europea. El documento sostiene que las acciones de maquillaje ecológico no son solo un problema para reguladores y políticos, sino para la sociedad en su conjunto. Por eso, para hacer frente a esas malas prácticas, propone mejorar el enfoque actual de las finanzas sostenibles, integrando una visión más holística, que tenga en cuenta aspectos como la dimensión social o la gobernanza de las empresas.

El aumento de la demanda de inversiones ambientales, sociales y de gobierno (ESG, siglas en inglés) y los esfuerzos para redirigir el capital privado hacia actividades sostenibles han creado un espacio propicio para la práctica del blanqueo ecológico. Para FEBEA, estas prácticas de greenwashing reflejan una visión empresarial que cree que la ética se puede implementar  ex post, es decir, a partir de mostrar un enfoque sostenible en algunas de sus operaciones habituales. Esta manera de actuar implicaría una discrepancia entre los valores intrínsecos y la identidad de la empresa, sus mensajes públicos y sus actividades.

Una visión holística e integral del greenwashing

«La sostenibilidad debe ser el resultado de un cometido claro de todos los grupos de interés de la empresa. Y también debe tener en cuenta los impactos (sociales) generados por la propia actividad empresarial, más allá de los productos verdes. De lo contrario, no se trata más que de una estrategia de puro marketing y de maquillaje ecológico de las practicas menos confesables de los actores financieros, como la financiación de industrias contaminantes, de energías fósiles, de armamento, etc.», escribe Valentina Patetta, Policy Manager en FEBEA, en un artículo en este mismo portal. Es por ello que, en su informe, FEBEA aboga por una visión holística e integral a la hora de definir e identificar las prácticas de blanqueo ecológico, que tenga en cuenta tanto los impactos sociales de las empresas como los aspectos de gobernanza.

En su posicionamiento, FEBEA recomienda a los reguladores aspectos como transparencia en los sistemas de clasificación ESG. Para ello aboga por proporcionar definiciones coherentes y completas de lo que constituye una inversión verde y sostenible y ampliar la definición de greenwashing para incluir las dimensiones social (S) y de gobernabilidad (G). En este sentido, propone incorporar medidas regulatorias para orientar la gobernanza hacia comportamientos responsables. Igualmente, la federación europea también propone la exclusión de la energía nuclear y el gas natural de la lista de inversiones sostenibles en el Reglamento de Taxonomía de la UE. 

El blanqueo ecológico supone un daño ético a la sociedad

Para FEBEA, más allá de la pérdida de credibilidad de una empresa, las consecuencias del greenwashing incluyen el daño ético a los consumidores y a toda la sociedad, socavando asismismo la confianza en toda la industria financiera y bancaria. Por ello, recomienda «elegir proveedores financieros genuinamente comprometidos a hacer y dejar un mundo mejor. Esto significa ser capaz de tomar decisiones informadas , exigiendo más transparencia y coherencia a nuestros bancos y proveedores financieros«.

La Federación Europea de Bancos Éticos y Financiadores Alternativos (FEBEA) reúne a 33 entidades financieras cuyo objetivo es financiar proyectos de economía social y solidaria (ESS) y de valor social, medioambiental y cultural. Están presentes en 17 países europeos, ofreciendo servicios a más de 700.000 personas.