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Derechos Humanos

Finanzas éticas y vivienda: alternativas reales que transforman

El acceso a una vivienda digna se ha convertido en uno de los principales problemas sociales y económicos de nuestro tiempo. Los precios del ...

De valorsocial
Foto @web de Sostre Civic

El acceso a una vivienda digna se ha convertido en uno de los principales problemas sociales y económicos de nuestro tiempo. Los precios del alquiler y la compra siguen en aumento, mientras que los salarios y las condiciones laborales dificultan el acceso a un hogar estable. Ante este panorama, han surgido diversas iniciativas dentro de la economía social y solidaria que buscan garantizar el acceso a la vivienda mediante modelos cooperativos, proyectos de rehabilitación y fórmulas de gestión colectiva, alejándose de la lógica especulativa del mercado inmobiliario. Estas iniciativas comparten valores con las finanzas éticas, que se han convertido en aliadas estratégicas al proporcionar financiación acorde con criterios sociales y sostenibles.

Las entidades de finanzas éticas siguen canalizando fondos hacia iniciativas de vivienda social, sostenible y asequible. Según datos del Barómetro de las Finanzas Éticas 2024, uno de cada cuatro euros prestados por las entidades de finanzas éticas en 2023 se destinó a proyectos de vivienda, convirtiéndose en el principal sector financiado por las entidades de finanzas éticas. Este apoyo se ha materializado en proyectos de cooperativas de vivienda en cesión de uso, iniciativas municipales o rehabilitación de espacios para su conversión en vivienda social, siempre incorporando los criterios ético-sociales y ambientales necesarios para acceder a este tipo de crédito.

Iniciativas que evitan la especulación inmobiliaria

Uno de los modelos que ha cobrado fuerza en los últimos años es el de las cooperativas en cesión de uso, una alternativa que evita la especulación inmobiliaria y garantiza precios justos. En este sistema, los residentes no compran las viviendas, sino que son socios de una cooperativa que gestiona el inmueble, asegurando estabilidad y un acceso equitativo. Un claro ejemplo de este modelo es la cooperativa La Borda, en Barcelona, que ha contado con el apoyo financiero de entidades como Coop57. La propiedad del edificio es de la cooperativa, y el solar es de titularidad pública, poniendo el valor únicamente en el uso de la vivienda, evitando la especulación y  demostrando que es posible crear vivienda asequible sin recurrir a mecanismos especulativos.

Otra estrategia es la colaboración con proyectos municipales de vivienda asequible. Un ejemplo de esta colaboración es el edificio de 80 viviendas en el barrio de Las Fuentes de Zaragoza, un proyecto que contó con el apoyo financiero de Fiare Banca Etica y que forma parte del parque municipal de vivienda gestionado por la sociedad municipal Zaragoza Vivienda. Parte de las viviendas fueron adjudicadas a solicitantes de alquiler social, entre ellos jóvenes menores de 35 años, parejas con hijos y personas mayores. Esta iniciativa refuerza el papel de las finanzas éticas en la promoción de vivienda asequible, asegurando que el acceso a un hogar no dependa exclusivamente de las dinámicas del mercado, sino también de criterios de justicia social y sostenibilidad.

Por otro lado, la rehabilitación de viviendas vacías con criterios de sostenibilidad también se ha convertido en una prioridad para las finanzas éticas. En muchas ciudades y pueblos existen inmuebles abandonados que pueden ser recuperados para garantizar el acceso a una vivienda digna. En este contexto, la cooperativa catalana Sostre Cívic ha impulsado la rehabilitación de diversos inmuebles con apoyo de banca ética, facilitando el acceso a la vivienda en zonas urbanas y rurales.

Impacto social y ambiental

A diferencia de la banca tradicional, que en muchos casos financia grandes promotoras inmobiliarias sin criterios de impacto social, la banca ética prioriza proyectos que contribuyen al bien común. Además de mejorar el acceso a la vivienda, estas iniciativas incorporan criterios de sostenibilidad ambiental, con edificaciones eficientes energéticamente y diseñadas para reducir su huella ecológica.

En definitiva, las finanzas éticas están demostrando que es posible otro modelo de vivienda, basado en la cooperación y la justicia social. Su impulso es clave para hacer efectivo el derecho a la vivienda y frenar la creciente exclusión habitacional que afecta a miles de personas.

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