Oxfam denuncia que la concentración de poder empresarial intensifica la desigualdad económica mundial

La Reunión Anual 2024 del Foro Económico Mundial se celebra del 15 al 19 de enero en Davos (Suiza). El llamado Foro de Davos reúne a más de 100 gobiernos, las principales organizaciones internacionales y más de 1000 empresas asociadas al Foro. El lema escogido este año para este encuentro es Reconstruir la confianza. Mientras las élites económicas y empresariales se reúnen en Davos, la organización Oxfam publica el informe Desigualdad S.A que denuncia cómo la concentración de poder empresarial y monopolístico está acentuando la desigualdad en la economía mundial.

En este informe, Oxfam alerta no sólo del aumento desmesurado de la riqueza extrema (el 1 % más rico de la población mundial posee el 43% de los activos financieros globales), sino que pone el foco en otro de los actores ganadores en este período de crisis: las grandes empresas multinacionales. Según el informe, las grandes empresas obtuvieron beneficios anuales récord el pasado año. Por ejemplo, 148 de las mayores empresas del mundo obtuvieron unos beneficios netos conjuntos de 1,8 billones de dólares en los 12 meses previos a junio de 2023: un aumento del 52% respecto al promedio de sus beneficios netos entre 2018 y 2021. ¿A quien beneficia estas ganancias?

La propiedad de acciones beneficia desproporcionadamente a los más ricos. ¿Cómo? El informe revela que por cada 100 dólares de beneficios generados por 96 grandes empresas entre julio de 2022 y junio de 2023, 82 dólares acabaron en manos de accionistas, quienes se encuentran en su inmensa mayoría entre las personas más ricas. El informe proporciona datos para demostrar que las personas más ricas no solo son las mayores beneficiarias de la economía global, sino que también ejercen un control notable sobre ella, aumentando su poder empresarial y monopolístico e incrementando la desigualdad, no sólo económica, sino también de género y raza.

España también avanza en desigualdad y concentración de poder empresarial

España no es ajena a estos datos. En el informe Desigualdad S.A. Filial en España , Oxfam Intermon denuncia que, en 2022, el 1% más rico de nuestra población acaparaba el 22 % de esa riqueza, mientras que el 50% de los hogares más pobres apenas llegaba al 8 %. ¿Qué tiene que ver esta desigualdad con el poder empresarial? Según Oxfam, casi la mitad de las 50 grandes empresas españolas tienen una vinculación significativa (vía propiedad o por su presencia en los órganos directivos) con las personas que están en ese 1% más rico. La enorme concentración de poder corporativo está incrementando la desigualdad.

El informe expone la concentración de algunos sectores empresariales de nuestro país, en los que un pequeño número de operadores acaparan una parte muy sustancial del mercado. Por ejemplo, en el sector eléctrico, cuatro compañías (Iberdrola, Endesa, Naturgy y Repsol) concentran el 86,1% de la cuota de mercado o  sólo tres bancos (Santander, BBVA y Caixabank) acaparan el 63% de los activos bancarios. Para Oxfam, a pesar de los beneficios extraordinarios de estas corporaciones, la concentración de poder corporativo hace que la distribución de resultados se concentre en millonarias retribuciones a sus accionistas, no en la creación de empleo o en la mejora de salarios para todas las escalas de personas trabajadoras.

“Los datos nos muestran una distribución desproporcionada, con energéticas y bancos registrando crecientes beneficios, traducidos en retribuciones millonarias a accionistas y altos ejecutivos, mientras que 14 millones de personas en nuestro país ven cómo han aumentado los costes de su hipoteca y 17,1% de personas no podía permitirse mantener su casa caliente” señala Fracesc Cortada, director general de Oxfam Intermón.

Medidas para combatir la desigualdad

La organización propone medidas para combatir esta creciente desigualdad, empezando por reformas fiscales que aseguren que las grandes fortunas y corporaciones tributen de manera justa y sin eludir sus impuestos. En este sentido, Oxfam Intermón estima que un impuesto sobre el patrimonio de los millonarios y milmillonarios del mundo podría generar 1,8 billones de dólares al año. Igualmente, la organización también aboga porque los Estados prioricen los servicios públicos y se promuevan medidas para una gobernanza democrática de las empresas y un reparto equitativo de los beneficios entre los diferentes grupos de interés. «El Estado tiene que regular los monopolios, empoderar a las personas trabajadoras, gravar estas enormes ganancias corporativas y, fundamentalmente, invertir en una nueva era de bienes y servicios públicos.”, afirma Francesc Cortada.