La evasión fiscal no es inevitable, es una apuesta política

La globalización ha abierto nuevas posibilidades de evasión fiscal tanto a empresas multinacionales como a personas adineradas de todo el mundo. Prácticas ilegales, como no declarar los ingresos obtenidos en cuentas bancarias extraterritoriales, o actuaciones amparadas por la legalidad, como el traslado al extranjero para beneficiarse de regímenes fiscales especiales. Todas ellas permiten reducir los tipos impositivos a niveles bajos, reduciendo los ingresos públicos y aumentando la desigualdad.

Pero la evasión fiscal y, en términos más generales, la elusión fiscal, no es inevitable, «es el resultado de decisiones políticas, o de la incapacidad de tomar decisiones políticas que actúen para detenerlo«. Esto es lo que indica el Informe Global de Evasión Fiscal 2024, publicado recientemente por el Observatorio Fiscal de la Unión Europea. El informe, realizado por más de 100 investigadores en todo el mundo, no sólo expone una estimación rigurosa de la magnitud y dinámica de la evasión fiscal internacional en la última década, sino que propone una agenda concreta para avanzar hacia un sistema tributario más justo.

«Si los ciudadanos no creen que todos están pagando la parte que les corresponde de impuestos, y especialmente si ven que los ricos y las grandes multinacionales no pagan su parte justa, entonces comenzarán a rechazar los impuestos. ¿Por qué deberían dar el dinero que tanto les costó ganar cuando los ricos no lo hacen? Esta flagrante disparidad fiscal socava el funcionamiento adecuado de nuestra democracia, profundiza la desigualdad, debilita la confianza en nuestras instituciones y erosiona el contrato social«, indica el Premio Nobel de Economía (2001), Joseph Sitglitz, en el prólogo del informe.

¿Aumenta o disminuye la evasión fiscal con las medidas implementadas a nivel internacional?

Durante los últimos diez años, los gobiernos han lanzado iniciativas con el objetivo de limitar la evasión fiscal internacional y el uso de paraísos fiscales. Entre ellas, por ejemplo, la creación de una nueva forma de cooperación internacional. Considerada durante mucho tiempo como algo utópico, el intercambio automático y multilateral de información bancaria, vigente desde 2017, se ha aplicado por más de 100 países en 2023. También, otro ejemplo, el acuerdo internacional histórico sobre un impuesto mínimo global para corporaciones multinacionales, aprobado por más de 140 países y territorios en 2021. Estas medidas, ¿han hecho que disminuya la evasión fiscal a nivel mundial?

Los datos del estudio confirman, por un lado, que la evasión fiscal extraterritorial por parte de personas ricas se ha reducido significativamente en los últimos diez años, gracias presumiblemente al intercambio  automático de información bancaria. Para las personas autoras del informe, este éxito demuestra que se pueden lograr rápidos avances contra la evasión fiscal si existe voluntad política para hacerlo. Por otro lado, sin embargo, la medida del impuesto mínimo global del 15% a las corporaciones multinacionales, que había suscitado grandes esperanzas en 2021, se ha debilitado drásticamente. Si bien inicialmente se esperaba que aumentara los ingresos por impuestos corporativos globales en casi un 10%, una lista cada vez mayor de lagunas jurídicas ha reducido los ingresos esperados a la mitad.

Además, la evasión fiscal se produce cada vez más a nivel nacional. ¿Qué quiere decir esto? Que los multimillonarios no necesariamente necesitan abandonar las fronteras de su país para liberar sus ingresos de impuestos. De media, un multimillonario tiene tasas impositivas efectivas entre el 0% y el 0,5% de su riqueza, debido al uso frecuente de empresas fantasma para eludir el impuesto sobre la renta. «Hasta el momento no se ha hecho ningún intento serio de abordar esta situación, que corre el riesgo de socavar la aceptabilidad social de los sistemas fiscales existentes«, indica el informe.

Un impuesto mínimo sobre la riqueza de los multimillonarios

Por eso, entre las propuestas concretas del Observatorio se propone, precisamente, un impuesto mínimo sobre la riqueza de los multimillonarios. Si se aplicara globalmente un impuesto del 2% sobre el patrimonio de los menos de 3.000 multimillonarios del mundo, se obtendrían unos ingresos de 250.000 millones de dólares, calcula el informe. «Se calcula que los países en desarrollo necesitan 500.000 millones de dólares anuales de ingresos públicos adicionales para hacer frente a los retos del calentamiento global, necesidades que, por tanto, podrían satisfacerse plenamente con esta reforma«, propone el  Observatorio Fiscal de la UE. Además, la investigación también propone establecer mecanismos para gravar a las personas con grandes patrimonios que hayan residido durante mucho tiempo en un país y que decidan trasladarse a otro de baja tributación.

Desde el Observatorio ponen el foco en que se pueden lograr avances si la respuesta política se adapta correctamente. «En el contexto actual es especialmente esencial luchar contra la evasión fiscal y la competencia fiscal perjudicial. La crisis del coronavirus expuso y exacerbó la crisis de desigualdad global. La crisis climática que se está desarrollando requerirá esfuerzos e inversiones públicas sin precedentes. Muchas personas luchan por llegar a fin de mes y aun así pagan los impuestos que les exigen sus gobiernos. Necesitamos asegurarnos de que aquellos en la cima de la escala de ingresos que, ciertamente tienen los medios financieros, no se escapen de ellos», concluye Joseph Sitglitz.