La educación financiera a debate

El primer lunes de octubre es el Día de la Educación Financiera. Se trata de una iniciativa promovida, desde el año 2015, por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el Banco de España y el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. El objetivo, expresado en la web de la campaña, es “mejorar la cultura financiera de los ciudadanos, dotándoles de los conocimientos básicos y las herramientas necesarias para que manejen sus finanzas de forma responsable e informada”. La consolidación del Día de la Educación Financiera forma parte del Plan de Educación Financiera 2022-2025 suscrito entre las instituciones mencionadas.

Además de la celebración anual de ese día, el plan incluye diferentes iniciativas para impulsar la educación financiera en el sistema educativo. “Existe un consenso generalizado sobre la necesidad de mejorar el nivel de cultura financiera de los consumidores, cualquiera que sea el país en el que viven y sus circunstancias. Para poder desarrollar un proyecto de vida de forma razonable todos hemos de tener siempre presentes nuestras finanzas, gestionar nuestros recursos y relacionarnos con otros agentes”, expone la fundamentación del Plan de Educación Financiera.

Reflexiones sobre el actual modelo de educación financiera

Aunque el Plan alude a que la información que se facilita en el programa y en las actividades es neutral y libre de cualquier interés comercial, diferentes colectivos han manifestado ya su preocupación por el modelo de educación financiera instaurado. En julio de 2021 más de una treintena de organizaciones se unieron a una carta abierta, promovida por la Red por la Educación en las Finanzas Eticas y Solidarias (RedEFES). En ella se aboga por promover contenidos que aumenten el compromiso de las personas jóvenes con la construcción de estructuras económicas y sociales más justas y se divulgue la capacidad de las finanzas como parte de la economía real para transformar el mundo.

Pero ¿qué tipo de economía se enseña? ¿La enseñanza de la economía entraría en el debate ideológico? Economistas sin Fronteras publicaba este pasado verano un dosier con el título «Desafiando la educación preuniversitaria: otras prácticas de enseñanza para otra economía», donde plantea la necesidad de hacerse estas preguntas ante las modificaciones que las recientes reformas educativas introducen en la enseñanza de la economía en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato. A través de la aportación de diferentes personas expertas se analizan los contenidos y asignaturas que se ofrecen al alumnado, reflexionando sobre los principales retos y oportunidades que ofrece la actual reforma educativa.

En el repaso que hace el dosier se explica que las materias referentes a economía y finanzas pasan a ser optativas en Secundaria y “las asignaturas propuestas pasan a centrarse eminentemente en un enfoque empresa-emprendimiento, y la enseñanza de la Economía se sigue centrando en los problemas de la asignación en los mercados, utilizando un modelo simplificado de la realidad”. La visión unilateral de este modelo es una de las críticas que se repiten en la visión de las diferentes personas expertas.

Introducir una mirada crítica y ecosocial

Desde FUHEM, fundación independiente con varios centros escolares, tras hacer una revisión crítica del currículum de Economía en la ESO, subrayan que “los conocimientos económicos son tan parciales y pretenden ser tan técnicos que no solo no facilitan la comprensión de la realidad, sino que distorsionan su tratamiento, y que el emprendimiento adquiere una consideración central como vía de integración en la sociedad económica actual”. Creen que el estudio de la economía no puede reducirse a la comprensión del funcionamiento de los mercados o de los agentes principales que operan en él, sino que debe incorporarse una mirada ecosocial.

Esta perspectiva la comparte también la profesora Ester Méndez, de la UNED, quien cree que, aunque la nueva ley educativa pone el acento en elementos como la sostenibilidad, la inclusión o la perspectiva de género, no se ha introducido de una manera especial la mirada de las nuevas economías. Por ello, cree importante no centrarse sólo en los contenidos, “sino también en la perspectiva que obligue a nuestros estudiantes a plantearse las contradicciones y los desequilibrios que nuestro sistema económico actual produce en la sociedad”.

Carlos Sánchez, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, incide también esa visión. “No es lo mismo enfocar la economía a la empleabilidad, a la formación de personas trabajadoras con más capacidad para competir en el mercado laboral o al análisis de inversiones rentables, que incorporar el análisis crítico del proceso de acumulación que esa dinámica genera y las alternativas que podrían utilizarse para una mejor distribución de los recursos”. Cree que urge un cambio en los planes de formación que incorpore perspectivas e ideas diversas y una variedad de enfoques teóricos.

Experiencias y materiales renovadores

En el dosier también se proponen algunas experiencias y materiales para incorporar esa visión crítica y ecosocial. Por ejemplo, José Luís Carretero, del IES Escuela Superior de Turismo de Madrid, alude en el dosier a los proyectos aprendizaje-servicio como una oportunidad clara para la introducción de comportamientos y contenidos ecosociales en las aulas (“pueden poner en contacto, por ejemplo, al alumnado con las tramas sociales de los barrios circundantes”).

También se menciona la economía social y la experiencia de cooperativas escolares, iniciativa educativa en la que el alumnado, con la colaboración del profesorado, crea una cooperativa con los valores y el funcionamiento democrático que le son propios. Por último, desde RedEFES recuerdan que disponen de un conjunto de materiales que ofrecen al alumnado ofrecer al alumnado reflexiones críticas sobre su propio rol como agente económico. Muchos de esos materiales están detallados en el Manual de materiales didácticos: Educación en Finanzas Éticas y Alternativas en el Aula, elaborado por la entidad Finantzaz Haratago y que se actualiza de manera permanente.

En definitiva, desde los diferentes colectivos se aboga por no limitar el conocimiento a la economía tradicional y financiera, si no considerar la educación financiera con el objetivo de contribuir a una ciudadanía activa, al servicio del bien común y del desarrollo de una sociedad mejor.