¿Qué son las monedas digitales CBDC y cómo funcionan?
Las monedas digitales del Banco Central (CBDC), representan la respuesta de los bancos centrales a las criptomonedas y podrían desencadenar una revolución En ...
De Camilla CarabiniLas monedas digitales del Banco Central (CBDC), representan la respuesta de los bancos centrales a las criptomonedas y podrían desencadenar una revolución
En Suecia, menos del 10% de las transacciones económicas se realizan en efectivo. No se puede decir lo mismo de su uso en otros países, como Italia o España, pero la tendencia es reducir el uso de billetes a favor de los instrumentos de pago digitales . Si tienes tarjeta de débito o crédito, o compras en línea usando plataformas como Paypal o Satispay, estás usando monedas digitales. Un dinero digital privado, que generalmente tiene costos asociados con la capacidad de realizar transacciones.
Esta es una tendencia generalizada. Es por eso que los bancos centrales de todo el mundo están pensando en cómo transformar el efectivo en forma digital, garantizando así el papel público en la política monetaria. En otras palabras, cómo ofrecer a la ciudadanía la posibilidad de realizar pagos digitales con la misma seguridad , facilidad, gratuidad y anonimato que ofrece el efectivo, pero sin dejar comisiones a las entidades privadas. No solo eso, las monedas digitales públicas podrían reducir los costos de los sistemas de intercambio internacional, actualmente lentos y muy costosos.
De Nigeria a China, países que ya se han lanzado a las CBDC
Este tipo de moneda digital, conocida por el acrónimo en inglés CBDC (Central Bank Digital Coins), son monedas de curso legal, al igual que las que circulan actualmente. Es decir, 100% garantizadas por los bancos centrales, pero digitalizadas.
Es innegable que el empujón para tomar el camino hacia el desarrollo de esta nueva herramienta digital vino de la aceleración registrada en el mundo de las criptomonedas, cosa que asustó a los banqueros centrales de todo el mundo. También ha tenido que ver la pandemia, ya que cuanto menos canjeábamos billetes, menos alimentábamos la propagación del virus.
El 80% de los bancos centrales del mundo están investigando, experimentando o incluso implementando sus propias CBDC. Este es el caso de Nigeria que en octubre de 2021 lanzó la e-Naira (la naira es la moneda de curso legal en el país), y en tres meses registró 35.000 transacciones con 700.000 mil descargas de la billetera digital en más de 150 países del mundo. No existe ningún tipo de cambio entre e-Naira y Naira: son exactamente la misma moneda, pero en diferentes formatos.
El desafío entre Estados Unidos y China sobre las monedas digitales
El desafío entre Estados Unidos y China con relación a las CBDC comporta una fuerte tensión política. De hecho, Beijing está probando e-yuan en doce ciudades diferentes, y fue de los primeros países en operar en la creación de una moneda digital, habiendo ya favorecido durante años la digitalización de los sistemas de pago a través de plataformas como WeChat y Alipay. Estados Unidos, en cambio, se muestra muy cauteloso al respecto, temeroso de dar pasos en falso que puedan molestar a los bancos o perder algunos pasos y provocar una crisis monetaria. Algunos expertos creen que China, al facilitar los pagos de yuanes electrónicos a nivel internacional, desplazará al dólar estadounidense como moneda para el comercio mundial.
Los países del Caribe también se encuentran en etapas muy avanzadas en el lanzamiento de sus CBDC: en Jamaica los ciudadanos podrán utilizar la moneda digital en este mes de abril y en la Unión Monetaria del Caribe Oriental se lanzará el D-Cash en próximo meses
El BCE también reflexiona sobre un euro digital
En Europa , Ucrania fue el primer país en lanzar un proyecto de prueba de CBDC ( e-hryvnia ) en diciembre de 2021, actualmente detenido debido a la trágica invasión rusa . A esto le sigue Suecia, donde el debate es muy acalorado y las posiciones muy polarizadas sobre la utilidad o no de la CBDC: se plantean grandes riesgos de privacidad para los ciudadanos. En el Reino Unido, un informe del Comité de Asuntos Económicos de la Cámara de los Lores presentó a las CBDC como “una solución en busca de un problema”, subrayando así la falta de justificación a esta supuesta necesidad de tener una moneda pública digital habiendo tantas privadas.
Por su parte, la Unión Europea está empezando a estudiar el euro digital , y se espera que en 2023 el Parlamento apruebe una ley para empezar a imaginar sus formas. Sin duda, sería necesaria una mayor implicación de la sociedad civil, hasta ahora prácticamente inexistente, en el proceso de reflexión sobre el euro digital.
Está claro que cada país podrá elegir diferentes características para su CBDC. Hay quienes usarán la tecnología blockchain, quienes se enfocan en opciones mayoristas en lugar de minoristas, quien impone topes al valor de las CBDC que cada uno puede poseer y quien asocia el pago de intereses en los depósitos de las CBDC.
¿Qué deben esperar las finanzas éticas?
Para las finanzas éticas , una mayor transparencia y trazabilidad de los pagos solo puede ser algo positivo. Las monedas digitales pueden ayudar a reducir los costos de transacción y aumentar la eficiencia en el sistema de pago. También pueden ayudar a alcanzar los objetivos de inclusión financiera al llegar a las poblaciones más remotas y con menos acceso al sistema financiero. Y pueden estimular la innovación financiera en aquellos países donde el sector privado no ha asumido este papel. Pero también existen riesgos, más o menos distópicos, asociados a la violación de la privacidad. Y la posibilidad de que los gobiernos metan la mano en la cartera de cada ciudadano. Además, también hay que tener en cuenta los riesgos de inestabilidad política, financiera y monetaria que podría ocasionar esta nueva herramienta de política monetaria.
El nuevo marco monetario global, desde la revolución cripto hasta las CBDC, nos enfrenta a la evidencia de que el dinero tiene su propia arquitectura, que no es neutral. La forma en la que se diseña el dinero tiene un impacto en la economía. Por ello, es hora de abrir un debate más profundo y discutir la moneda que queremos en el futuro. Las finanzas éticas pueden y deben contribuir a este debate. Una moneda más justa puede conducir a una economía más justa para todos.
* Camilla Carabini es Doctora en Antropología por la Universidad de Milano-Bicocca (Italia), especializada en dinero y finanzas. Es además miembro del Patronato de la Fondazione Finanza Etica