¿Qué puede hacer un banco por la cooperación al desarrollo?
Quien quiera iniciar un negocio en Palestina no lo tiene fácil. No hay moneda propia ni banco central. La economía palestina depende en ...
De valorsocialQuien quiera iniciar un negocio en Palestina no lo tiene fácil. No hay moneda propia ni banco central. La economía palestina depende en gran medida de la ayuda internacional. Por ello el acceso al crédito para nuevos negocios no es fácil. Frente a ello, numerosas compañías extranjeras hacen negocio en los territorios palestinos ocupados por Israel, muchas de ellas señaladas en el listado publicado en 2020 por la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Todas ellas cuentan con financiadores internacionales.
El informe de la red “Don’t Buy into Occupation” (DBIO) destaca que entre enero de 2019 y agosto de 2022, 725 instituciones financieras europeas (incluidos bancos, gestores de activos, compañías de seguros y fondos de pensiones) mantuvieron relaciones financieras con 50 empresas que participan activamente en los asentamientos israelíes, proporcionándoles financiación por importe de 171.400 millones de dólares. Pero esta actuación es motivo de alerta por parte de Naciones Unidas “Los actores privados, como instituciones financieras y empresas privadas, tienen la responsabilidad de asegurarse de que no están involucrados en violaciones del derecho internacional y de abordar cualquier impacto adverso sobre los derechos humanos que surja de sus actividades”, indica el informe.
Operar financieramente en el complejo escenario de Palestina no es fácil. El sector de la economía informal tiene un papel significativo en la creación de puestos de trabajo, el 90% del tejido empresarial es pequeña y mediana empresa y el desempleo juvenil ronda el 30% . Por eso, el apoyo a formas alternativas de financiación es vital y el microcrédito cobra una gran importancia. Encontrar un partner financiero con el que compartir valores y estrategia a largo plazo se convierte en misión difícil.
Finanzas éticas al servicio del crecimiento del bien común
En este contexto, las finanzas éticas tienen un papel fundamental, entendiendo la política y la economía como un servicio al crecimiento del bien común. “Somos un multiplicador de recursos tanto a través del crédito como de nuestra capacidad de trabajo en red”, afirma Gabriele Giuglietti, responsable de Relaciones Internacionales del Grupo Banca Etica. El trabajo en Palestina del Grupo responde a esa afirmación. Banca Etica no solo promueve intervenciones de crédito directas, si no que ha participado como entidad asesora en proyectos impulsados por la Agencia Italiana de Cooperación (como la iniciativa Start up Palestina) y se ha convertido en socio de instituciones de microfinanzas palestinas como Reef Finance y Acad Finance.
Al igual que en Palestina, también en zonas de África, gracias, entre otros, al acuerdo de colaboración firmado en 2018 con Cáritas África, Banca Ética participa en proyectos de facilitación del crédito para aquellas Instituciones Micro Financieras (IMF) que operan en zonas rurales y con los colectivos más vulnerables.
Los proyectos de microfinanciación desarrollados por el Grupo Banca Etica se desarrollan a través de la red de alianzas internacionales que Banca Etica ha construido en sus más de 20 años de actividad. La misma política aplicada en Palestina se traslada a África o a Latinoamérica. Los socios de Banca Etica (Alterfin, Cáritas, CoopEst, CoopMed, Cresud, Graine, Microfides, Oikocredit, SIDI, Soluti) llegan a unos 50 millones de beneficiarios en Europa, América Latina, África y Palestina.
En 1999, el escritor y periodista italiano Andrea Berrini participó en la primera Cumbre Mundial sobre microcréditos, celebrada en Washington (EEUU). Fruto, entre otros, de aquella experiencia, decidió crear CreSud en 1999, gestionándola inicialmente con capital propio y ampliándola después con la participación de otros actores del mundo del comercio justo. Su misión es ofrecer recursos financieros y servicios de asistencia a organizaciones de microfinanzas, productores de comercio justo y sostenible, cooperativas, redes, asociaciones y ONG en América Latina, África y Asia. En octubre de 2019 CreSud pasó a formar parte del Grupo Banca Etica. La entrada de Cresud en el Grupo reforzó aún más el compromiso internacional de este. En 2022, desembolsó préstamos por valor de 3,9 millones de euros en América Latina, África, el Pacífico Sur y los Balcanes. A través de esa incorporación, el Grupo facilita el acceso al crédito a personas normalmente excluidas de los sistemas financieros locales y facilita el crecimiento de una economía sostenible, a través de opciones de ahorro ético e inversión socialmente responsables.
Microfinanzas para promover la inclusión financiera
El Grupo Banca Etica hace tiempo que cree e invierte en instrumentos de microfinanzas como parte de las estrategias de promoción de la inclusión financiera a nivel internacional, y es precisamente para brindar apoyo a las personas con mayores dificultades para acceder al crédito. “Nacimos de las microfinanzas y del comercio justo y nosotros mismos éramos una institución de microfinanzas en 1989, cuando empezamos a operar antes de convertirnos en Banco”, indica Gabriele Giuglietti. Esas raíces se han mantenido y hoy se han traducido en colaboraciones estratégicas con la Red Europea de Microfinanzas (EMN), que es la mayor red de coordinación europea de instituciones de microfinanzas, y con el Centro de Microfinanzas (MFC), red de finanzas sociales que une a más de 100 organizaciones en 36 países de Europa y Asia Central.
El apoyo a las iniciativas de microfinanciación se lleva a cabo tanto mediante la concesión de préstamos como a través de la participación en el capital de las instituciones microfinancieras. Según el último informe de impacto de la entidad, en 2022, el compromiso en inversiones de capital y financiación en esta área superó los 24 millones de euros. Junto a las microfinanzas, el apoyo a organizaciones sociales vinculadas a la acogida de personas migrantes, comercio justo y cooperación al desarrollo, forman parte de las acciones del Grupo en apoyo a la cooperación al desarrollo. En el mencionado informe de impacto señalan un total de 55 millones de euros de nuevo crédito concedido tanto en el apoyo a estas organizaciones como iniciativas de microfinanciación, con un impacto en más de 28.000 personas beneficiarias en proyectos de cooperación internacional.
Multiplicadores de recursos públicos
Toda la experiencia acumulada permite al Grupo ser referente y colaborador con administraciones públicas. “Somos el banco de referencia del Ministerio de Asuntos Exteriores italiano para las garantías concedidas a las ONG italianas. Igualmente, somos socios y tenemos acuerdos con los principales inversores sociales europeos. Somos multiplicadores de recursos públicos”, explica Giuglietti. También en España, el Grupo trabaja por ser referente en este campo. En estos días, se ha llevado a cabo una primera reunión del grupo asesor para impulsar la cooperación financiera vasca, en el que Fiare Banca Etica ha participado. También desde la Agència Catalana de Cooperació se contó con las finanzas éticas para aumentar el volumen de recursos y herramientas financieras disponibles para diferentes actores de la cooperación catalana.
“Cuando me preguntan si hacemos política, respondo «¡por supuesto!», en el sentido más alto del término. Para que el bien común sea cada vez más común y la inclusión sea una oportunidad ofrecida a cada vez más personas”, respondía Gabriele Giuglietti en una entrevista. El desarrollo y la cooperación internacional están en el ADN de muchas de las entidades de finanzas éticas, mostrando cómo finanzas, economía y cooperación al desarrollo pueden estar al servicio del bien común.