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Parte 2

La cooperación financiera española, un nuevo camino con potencialidades y riesgos

 El proceso de reforma de la Cooperación Española en el que se enmarca la reciente aprobación de la nueva Ley 1/23 de Cooperació...

De Carlos Botella, Vocal de cooperación financiera de La Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo. Miembro de Oxfam.
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 El proceso de reforma de la Cooperación Española en el que se enmarca la reciente aprobación de la nueva Ley 1/23 de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global abre nuevas perspectivas para el sistema español de cooperación. Una de las piezas clave presentadas por el gobierno en este proceso de reforma es el desarrollo de la cooperación financiera hasta ahora de muy pequeño tamaño en comparación con la de otros países de nuestro entorno.

Tendencias internacionales y tipos de cooperación financiera

Resulta un hecho incuestionable que la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible no se alcanzarán sin un esfuerzo financiero colosal. Se estima que se necesitarían entre cinco y seis billones dólares. Por eso, y en buena medida por la falta de compromiso real con la Ayuda oficial al Desarrollo (AOD), se ha puesto el foco en el sector privado, y en instrumentos que puedan movilizar, atraer y gestionar nuevos fondos. Ahí se sitúan los instrumentos de cooperación reembolsable, es decir, aquellos cuyos fondos se tienen que devolver, generalmente con intereses (aunque sean menores que los del mercado), por parte de los receptores, sean públicos o privados.

Hoy en día, la ayuda reembolsable otorgada por los países del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) de la Organización para la Cooperación y el desarrollo económico (OCDE), supone el 18% del total de la AOD reportada y un volumen medio anual de 13.000 millones de USD. La tendencia es de un crecimiento importante de esta modalidad de ayuda, casi doblando su importe en 6 años.

Esa ayuda reembolsable, incluye diferentes instrumentos. Engloba la utilización de microcréditos, créditos de Estado a Estado, participaciones de capital, avales, etc., para la realización de operaciones de promoción del desarrollo. Esta modalidad permite entrar en campos de actuación importantes para el desarrollo a los que otros instrumentos no llegan habitualmente, en particular para la promoción del tejido económico local, las infraestructuras y también realizar actuaciones de mayor escala.

Entre los principales instrumentos reembolsables encontramos préstamos o líneas de crédito, (que pueden ser públicos- con o sin garantía soberana- y principalmente para la financiación de infraestructuras o de políticas sectoriales; o bien privados, especialmente a instituciones financieras o empresas específicas), inversiones de capital y garantías (concesión de avales a empresas o líneas de avales, con el respaldo de fondos públicos de cooperación). Estos instrumentos financieros pueden permitir aprovechar fondos del sector privado, pero no siempre logran generar el nivel de financiación adicional que a veces se espera en términos de apalancamiento (endeudamiento para invertir). No obstante, estos instrumentos pueden combinar el uso de fondos reembolsables, públicos y privados, junto a donaciones de la AOD (el llamado “blending”).

En estos instrumentos reembolsables también existe, o debería existir, un papel para las organizaciones de la sociedad civil. Hasta ahora la participación es reducida y es otro de los grandes retos.  Entre otros, la sociedad civil podría llevar a cabo funciones como seguimiento crítico de las operaciones, diálogo de políticas, implementación de operaciones o colaboración con asociaciones.

La cooperación financiera en España

La nueva ley de cooperación crea el Fondo Español de Desarrollo Sostenible (FEDES), como heredero del antiguo FONPRODE (Fondo de Promoción del Desarrollo). Este nuevo fondo busca dejar atrás las dificultades de gestión de su antecesor y aumentar su coordinación con las orientaciones generales de la cooperación española.

Para las ONG es positiva esa integración del nuevo FEDES en los objetivos generales de la cooperación española, apostando por el liderazgo político de la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional, con dependencia orgánica de la Agencia Española de Cooperación (AECID). Además, para reforzar ese alineamiento con la cooperación española, se contempla la presentación de una memoria anual del FEDES al Parlamento y al Consejo Superior de Cooperación. Igualmente, consideramos importante el mandato de no condicionar las operaciones a que se ejecuten los proyectos obligatoriamente con empresas españolas, así como la consolidación de una partida de cooperación no reembolsable complementaria.

Sin embargo, aún queda mucho por hacer para intentar reforzar los objetivos de desarrollo de la cooperación financiera española. En este sentido, algunas de las propuestas serían:

Calidad más que cantidad. Debe garantizarse una cooperación financiera duradera, eficaz, eficiente, transparente, que asuma los principios de eficacia de la ayuda más que pensar en desembolsos masivos a corto plazo que pueden ser contraproducentes para los objetivos que se persiguen. La cooperación financiera no puede ser la vía en la que se deposite toda la esperanza de llegar al 0,7%.

Protagonismo de lo público. Tanto en la gestión de la cooperación financiera como en el destino de las operaciones del FEDES, las instituciones públicas deben tener el protagonismo. El sector privado, diverso y con orientación social, también tendrá su espacio, pero, en muchas ocasiones, el impulso del sector privado en los países socios puede hacerse a través de alianzas con instituciones públicas de esos mismos países.

Sector privado y otros actores como socios. La diversidad de actores debe ser un rasgo distintivo de la nueva cooperación financiera española. Además de las grandes empresas españolas, distintos tipos de entidades del sector privado (pymes, empresas de la economía social y solidaria, banca ética, etc.), así como la sociedad civil, deben tener su espacio tanto en la supervisión como en la implementación de algunas operaciones. Pero, sobre todo, se deberá trabajar con el sector público y privado de los países del Sur Global.

La ética antes que la cuenta de resultados. La supuesta agilidad de las transacciones no puede estar por encima de los criterios éticos y los principios de la cooperación. Por ello se debe cumplir con unos estrictos criterios de impacto en desarrollo, derechos humanos y sostenibilidad, erradicación del trabajo infantil, participación y consulta de las comunidades, fiscalidad justa de todas las entidades privadas, ayuda no ligada, transparencia, evaluación, así como no operar con instituciones financieras con base en paraísos fiscales.

Liderar e innovar. La cooperación financiera española debe tomar un papel protagonista en algunas operaciones, no siempre estar sumándose a las que diseñen otras instituciones financieras. Por ejemplo, podría lanzar una línea donde desarrollar pequeñas operaciones piloto de innovación social y economía inclusiva, que posteriormente pudieran escalarse.

Predicar con el ejemplo. Las inversiones de FEDES pueden tener un efecto demostración sobre el resto de las inversiones españolas en el Sur Global por lo que deberían ser impecables desde el punto de vista de su impacto en desarrollo sostenible, su transparencia, su participación, etc.

Una cooperación financiera feminista. En línea con la nueva ley, y como uno de los instrumentos que se rigen por ella, FEDES debe tener un enfoque feminista que prime los derechos económicos y políticos de las mujeres, la transformación económica equitativa, la economía de los cuidados, el respeto a la diversidad, etc.

Más agilidad y flexibilidad, pero con transparencia, simplificando y agilizando los procedimientos de aprobación de las operaciones. Por ejemplo, se debería lanzar públicamente en la web del FEDES una relación trimestral de operaciones aprobadas para paliar el hecho de que muchas no vayan a aparecer ya en el BOE.

Potencial para las finanzas éticas

Como hemos visto, esta nueva fase para la cooperación financiera española debe ir acompañada de nuevos contenidos y orientaciones para que contribuya de verdad a una agenda de desarrollo amplia. En este nuevo contexto, la participación de las finanzas éticas puede contribuir a diseñar operaciones de cooperación financiera con eficacia económica, pero también con valores y derechos en el centro de estas.

Existen algunos ejemplos de participación de las finanzas éticas en la cooperación dentro de la cooperación descentralizada, uno de los pilares de la cooperación española. Como ejemplo de este camino de posible acercamiento a las finanzas éticas, desde la cooperación catalana se puso en marcha una línea de avales del Institut Català de Finances (institución financiera pública), en alianza con entidades de finanzas éticas y ONG. También en el ámbito vasco se comienza a caminar en esa dirección.

Surgen, por tanto, algunas posibles vías de acercamiento de las finanzas éticas a la cooperación financiera. Además de establecer alianzas con organizaciones de la sociedad civil para diseñar conjuntamente operaciones con las que obtener financiación de la cooperación financiera española, es interesante explorar las opciones para participar en la nueva línea de avales y garantía que la ley ha dotado para el FEDES. Igualmente, sería interesante trabajar con organizaciones de finanzas éticas de otros países miembros de la UE para trasladar el enfoque ético a operaciones de cooperación financiera europeas, así como ampliar conexiones con instituciones financieras del Sur global con las que reforzar los procesos de desarrollo inclusivos y sostenibles desde sistemas financieros éticos. Es igualmente, importante sensibilizar a las personas clientes de las finanzas éticas sobre los retos del desarrollo y diseñar productos financieros que apoyen procesos de desarrollo equitativo y sostenible en el Sur global.

Las organizaciones de la sociedad civil, que en muchos casos somos socias y/o clientes de las entidades de finanzas éticas, vemos un enorme potencial de sinergias con ellas para desarrollar conjuntamente operaciones de cooperación financiera. Los desafíos globales, especialmente en el Sur global, nos urgen a hacerlo de manera más estratégica y sistemática. Por lo tanto, como decimos desde la Coordinadora de Organizaciones de Desarrollo #Eshoradecooperar.

Comercio Justo y finanzas éticas, a la búsqueda de sinergias

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