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Parte 4

Malena Riudavets: «No me he sentido nunca rechazada en el mundo cooperativo»

Malena Riudavets es ingeniera de formación y conoce bien lo que significa ser mujer en un mundo mayoritariamente masculino como es el de los ...

De Sara Garcia Martin

Malena Riudavets es ingeniera de formación y conoce bien lo que significa ser mujer en un mundo mayoritariamente masculino como es el de los proyectos a pie de obra.  Dice que llegó al cooperativismo por casualidad pero, en realidad, en su casa ya lo había vivido. Su abuelo fue uno de los fundadores de la Cooperativa San Crispín, de Alaior (Menorca),  la única cooperativa de consumidores y usuarios de Baleares, y su padre ya era miembro de la cooperativa de enseñanza donde ella trabaja como profesora y de la que es presidenta, el Centro Internacional de Educación (CIDE). «No me he sentido nunca rechazada en el mundo cooperativo y se me ha dado acceso a puestos de liderazgo en igualdad de condiciones, con mujeres referentes tanto dentro de mi cooperativa, como dentro de COCETA, a nivel de la economía social y de organizaciones del cooperativismo de España«. Actualmente, es presidenta de la Unió de Cooperatives de Treball Associat de les Illes Balears (UCTAIB) y vicepresidenta primera de la Confederación Española de Cooperativas de Trabajo Asociado (COCETA)

En muchos estudios se señala a la economía social como un campo favorable en materia de igualdad de género. Por ejemplo, COCETA, de la que eres vicepresidenta, publicó en 2019 un estudio sobre el papel de las mujeres en las cooperativas de trabajo donde se resaltaba que el modelo de cooperativas favorecía la igualdad de género. ¿Qué características del modelo cooperativo favorecen el avance en temas de igualdad de género?

COCETA lleva más de 20 años haciendo estudios sobre el rol de la mujer en las cooperativas de trabajo y este fue un trabajo muy importante y de mucho valor. La economía social en general, y todas sus fórmulas de empresa (cooperativas, sociedades laborales, mutualidades, etc.) tienen como referente de actuación la primacía de las personas sobre el capital, poner en el centro a las personas, así como una gestión democrática, una persona un voto, igualdad… desde el momento que esos son sus principios es un entorno seguro para que las mujeres puedan acceder a los puestos de trabajo y a  puestos directivos, ya que normalmente el funcionamiento de la empresa en base a estos principios posibilita que la mujer acceda a puestos directivos y de responsabilidad. Además, también hay que destacar todas las políticas de género y de igualdad, tanto para hombres como para mujeres, que estas empresas ponen en marcha. En COCETA, por ejemplo, hemos hecho un amplio trabajo en este sentido, sobre conciliación de horarios, mucha formación (cuidando aspectos para el acceso a esa formación), implantación de planes de igualdad cuando ni siquiera la ley lo exigía, etc. Estos son factores que contribuyen a incorporar a la mujer en los puestos de responsabilidad.
Por eso en las cooperativas de trabajo tenemos un porcentaje superior a otros modelos de la economía social y por supuesto superior a otros modelos empresariales. En cargos de responsabilidad tenemos un 54% de mujeres, muy por encima de las empresas convencionales.

Dentro de la economía social, la creación de puestos de trabajo y las características de esos puestos ¿favorecen la igualdad de género?

Sí, es así y además los números y porcentajes lo ratifican. No tenemos datos de toda la economía social pero sí por tipos de empresa. Por ejemplo, en el caso de las sociedades laborales el porcentaje de mujeres está entorno al 45%, en cooperativas de todas las clases un 40%. Pero si ya nos vamos a cooperativas agroalimentarias es de un 45% y en las cooperativas de trabajo la presencia de la mujer es del 50,02%. De media en la economía social la presencia de mujeres es de un 40%. Todo ello por lo que hemos hablado, por ese ADN que tenemos las cooperativas y las empresas de economía social de igualdad y de participación de todos los que forman parte, además de las medidas. Por ejemplo, en las cooperativas implantamos para acceder a los puestos de responsabilidad las listas cremallera en los órganos sociales.

Desde COCETA siempre comentamos que la cooperativa de trabajo es la fórmula idónea para las mujeres. Tenemos muchos ejemplos, y aquí en Baleares, desde que hemos implantado la ley de micro cooperativas, se han creado muchísimas cooperativas de mujeres porque les facilita ese acceso a la conciliación. Cooperativas constituidas solo por mujeres, que ellas establecen sus estatutos, su régimen interno, se ayudan entre ellas… ponen en valor esta sororidad.

Malena Riudavets en el centro, en un momento del Encuentro Mundial de Cooperativas, organizado por COCETA, el pasado mes de junio, en Sevilla
Dificultades de las mujeres

¿Qué obstáculos encuentran las mujeres para poder acceder a puestos directivos?  Hemos hablado de conciliación, ¿qué otros obstáculos existen también?

Creo que en general el principal obstáculo es la cultura y la tradición. Las mujeres, tradicionalmente, estamos dedicadas, en un porcentaje mayor, al cuidado de la casa, de la familia, de los mayores… Eso viene culturalmente dado. Eso va a costar mucho en la sociedad que se vaya limando. Se puede potenciar la formación, pero una formación accesible, conciliando. Yo valoro mucho que la conciliación sea para todo el mundo, para la mujer y para hombres. Para aquellos que tienen personas a su cargo, y para los que no las tienen, porque la conciliación de la vida laboral y familiar y de ocio es importante para que el trabajador se sienta bien.

Creo que en el tema de igualdad no podemos dejar atrás a los hombres, tenemos que incluirlos. Y a veces hemos cometido ese error. Si dejamos fuera a los hombres, estamos dejando fuera al 50% de la sociedad. Necesitamos que todos ayudemos para potenciar esa igualdad entre hombres y mujeres.  No hay que forzar que una mujer esté en un puesto de responsabilidad por paridad, si no dejar que sea natural. Por eso, nosotros potenciamos las listas cremallera. Si hay un hombre en el cargo de presidencia, pues una mujer en el cargo de vicepresidencia, y a la inversa. De esta manera, no se accede al cargo por paridad o por esas medidas, si no que se accede por facilidad, se concilia todo el trabajo.

Hablamos de dificultades de acceso a puestos de responsabilidad pero también a la hora de emprender se mencionan problemas que tienen más foco en las mujeres. Por ejemplo, ¿crees que existen mayores dificultades de financiación por parte de las mujeres?  ¿Por qué?

Sí, creo que ocurre. Por eso entidades de finanzas éticas son fundamentales. Los productos específicos, el facilitar los servicios para acceder al crédito, son herramientas importantes. Otra vez volvemos a la cultura, a la tradición. Quizás por costumbre siempre ha sido el hombre el que ha llevado el tema de la contabilidad, las cuentas dentro de la empresa. No obstante, muchas veces son las mujeres las que llevan y han llevado la economía de la casa y son unas geniales administradoras, pero tradicionalmente quizás sí se ha dejado que haya sido el hombre el que acceda al trato con las entidades bancarias y sus productos. Por eso, hay que dar esa seguridad a las mujeres y se tiene que hacer con productos específicos, con ayudas específicas para mujeres, con políticas de igualdad de género y de promoción de la mujer emprendedora, para facilitar a esta mujer acceder a créditos. Evidentemente con garantías, con estudios de viabilidad para ver que el proyecto es solvente, pero no hay que tener miedo. Las mujeres somos tan competitivas y eficientes como lo puede ser un hombre en la gestión de una empresa.

En 2017, Malena Riudavets recibió el premio en la categoría  Mujer y Emprendimiento concedido por Mujeres en Igualdad de Mallorca
Formación y visibilidad
¿La formación en habilidades financieras sería una buena vía?

Nosotros, desde COCETA, trabajamos la formación económica, en productos financieros, la formación en liderazgo, etc. Potenciamos esa formación que puede dar a las mujeres una tranquilidad y una seguridad en su gestión. Sería importante que esa formación se pudiera ofrecer desde las empresas, desde las propias entidades financieras, con las administraciones públicas, que pueda haber acceso a diferentes formaciones y con unas condiciones que permitan que las mujeres puedan formarse (flexibilidad, conciliación, etc.).

Hablando de seguridad de las mujeres, ¿es importante dar mayor visibilidad a mujeres empresarias o emprendedoras? ¿Por qué?

Sí, es importante. En todas las organizaciones de COCETA siempre tenemos una jornada de buenas prácticas y siempre al menos hay una experiencia de mujeres que han puesto en marcha un proyecto en común y han constituido una cooperativa o cualquier otro modelo de economía social. Tener referentes y ejemplos te ayuda a perder ese miedo, pensar «si estas mujeres han podido y lo han hecho, nosotras porqué no». Las mujeres que dan su ejemplo explican desde el principio cómo se las ha ayudado a constituir su empresa, su cooperativa, y cómo otras entidades han facilitado otros servicios, ayudas, etc. (bancos, gestorías, etc.). Es un acompañamiento que tenemos la obligación de dar todos los actores que estamos en economía social, para hacer más amplio el sector y que cada vez haya más empresas dentro de la economía social.

En un artículo tuyo del año 2015, en el que hablabas sobre el binomio cooperativa y mujer, decías “si una mujer entra en la economía, cambia la mujer; si muchas mujeres entran en la economía, cambia la economía.” ¿Existe una manera de gestionar diferente por parte de las mujeres? ¿En qué sentido?

No tengo ninguna duda. Yo he tenido grandes referentes mujeres en la economía social en las que he visto esa manera diferente de liderar. Sobre todo, escuchando. No oír si no escuchar a la persona que tienes delante, no emitir juicios de valor a la ligera y simplemente porque estoy en un cargo de responsabilidad digo que esto es así… Hay que escuchar mucho, valorar a todas las personas que están en tu entorno. Pienso que una persona que está en un cargo de responsabilidad se rodea de gente buena. Por eso siempre pienso que las personas junto a mí (directores, gerentes…) son las que hacen que tome buenas decisiones. Hay que liderar dando confianza a tu equipo y esto lo sabe hacer muy bien la mujer.  Estamos acostumbradas a cuidar a nuestros familiares y también cuidamos a nuestros trabajadores, y eso se nota, en la empresa y en la manera de liderar y gobernar, y eso no lo podemos perder las mujeres.

Retos para avanzar en igualdad
¿En qué retos deberíamos seguir trabajando para avanzar en temas de igualdad, incluso en el ámbito de la economía social?

En general, los retos que tenemos en la economía social los tenemos bien marcados en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En concreto con el Objetivo 5, que habla del empoderamiento de las mujeres y las niñas, tenemos un reto importantísimo, que además lleva a que otros muchos se cumplan. La formación en los colegios es muy importante, educando desde pequeños en igualdad de oportunidades. Los niños y las niñas lo ven más natural que nosotros, pero luego llega un momento que lo pierden. Tenemos que continuar con ese proceso y tenemos mucho trabajo porque no le podemos dejar esta situación a nuestras hijas, sobrinas o nietas, sino que tenemos el deber de potenciarlo. Por ejemplo, hay que prestar atención a todo el tema medioambiental y ligarlo con el tema de empoderamiento de la mujer. Los datos de género en el tema de la problemática medioambiental muestran que es un tema que afecta más a las mujeres y las niñas. Creo que el 80% de las personas refugiadas climáticas son mujeres, que tienen que abandonar su país por temas medioambientales y ahí otra vez la Agenda 2030  nos marca los objetivos. Por eso, si ponemos el foco en el ODS 5 muchos otros retos se van a cumplir. Y, sobre todo, como decíamos, los temas de formación son muy importantes desde pequeños.

Malena Riudavets señala la importancia de la educación y la formación
Eres presidenta de una cooperativa de enseñanza, CIDE – Centre Internacional d’Educació, que agrupa a más de 140 personas trabajadoras del centro educativo. Además, eres profesora. ¿Cómo percibes la visión de las nuevas generaciones sobre los temas de igualdad de género?

Hay un avance, pero todavía nos encontramos con temas muy preocupantes. Quizás porque lo ven en casa. Hay actitudes que se ven en casa y que son muy difíciles de cambiar, aunque se trabaje sobre ello. En las cooperativas de enseñanza trabajamos mucho la coeducación, la igualdad, las asambleas dentro del aula… todo eso facilita la igualdad entre los niños y las niñas en las aulas, es un trabajo que ayuda y hay que hacerlo con especialistas: temas emocionales, educación sexual…

Supongo que también se trabaja el vínculo de mujer y economía, que esté mucho más normalizado entre los niños y niñas y tengan más referentes.

Sí, hacemos formación. Por ejemplo, vienen entidades de finanzas éticas y muchas veces la personas formadora y referente es una mujer. Ver a la mujer en ese papel de referente en temas económicos o que la presidenta de la cooperativa de educación sea una mujer son ejemplos importantes e intentamos buscarlos para nuestro alumnado.

En mi caso, quizás por mi voz, cuando digo que soy profesora me dicen “¿de educación infantil?”. Es otro tópico. Les digo no, de ciclos formativos de instalaciones eléctricas y automáticas y ahí rompes los esquemas. Mis alumnos son todo chicos, siempre. Y es cierto que al principio a alguien puede sorprender que una mujer sea la profesora de esta formación de instalación de antenas u otros. Pero creo que ayuda a mis alumnos a ver que en todos los campos las mujeres podemos estar desarrollando cualquier actividad igual que un hombre.  Ellos me ven a mí trabajar con ellos y les parece normal. Hablo de mi ciclo formativo pero puedo hablar del de informática o el de finanzas y economía, que también tenemos. Los referentes en nuestro centro son mujeres.

¿En qué medida crees que el empoderamiento económico de la mujer ayuda en temas de igualdad de género?

Por supuesto que si las mujeres forman parte de todo el sector económico y productivo de un país ayuda a mejorar la igualdad. Primero porque al estar en ese sector productivo y económico, seguro que la mujer pone más énfasis en políticas de igualdad de género, de igualdad en todos los sentidos, de potenciar y mejorar la situación de la mujer en las empresas y en el sector económico. Lo mencionábamos antes, si entra la mujer en el mundo económico mejora la economía. También por lo que hemos comentado, por esa manera diferente de trabajar, de liderar, que otra vez repito que creo que tiene que ser complementaria y de la mano con el hombre. Esto enriquece cualquier tejido productivo de un país o una comunidad, el complementarnos.
Pero evidentemente que la mujer acceda al empleo, acceda a cargos de responsabilidad facilita que mejore la economía de un país y lo vamos a ver en estos tiempos porque cada vez más vemos a las mujeres gobernando.

Por último, la economía social está teniendo un espacio importante tanto en entornos internacionales (OIT, Plan de Acción Europeo…) como en España, donde también vive un momento de reivindicación. ¿Cómo ves el actual momento de la economía social?

Es un buen momento para la economía social porque es lo que la sociedad reclama. La sociedad reclama ese interés en la comunidad, ese poner a la persona en el centro, esas medidas de igualdad, de democracia… lo está pidiendo la sociedad. Nosotros llevamos doscientos años haciéndolo. El momento es ahora, por lo que comentábamos antes. Tenemos la Agenda 2030, que hay que cumplir, y con nuestros principios y nuestra manera de trabajar, desde la economía social, es más fácil acceder a esos Objetivos de Desarrollo Sostenible. Debemos mostrar nuestros valores. Y sí, el momento es ahora.


* Dosier elaborado con la colaboración de la Dirección General del Trabajo Autónomo, de la Economía Social y de la Responsabilidad Social de las Empresas del Ministerio de Trabajo y Economía Social

 

 

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