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Parte 7
Género y finanzas

¿132 años para acabar con la brecha de género en el mundo?

El pasado mes de julio, el Foro Económico Mundial actualizaba su índice anual relativo a la brecha de género en el mundo (Global ...

De Sara Garcia Martin

El pasado mes de julio, el Foro Económico Mundial actualizaba su índice anual relativo a la brecha de género en el mundo (Global Gender Gap Report 2022). Los escasos medios que, en pleno mes de julio, se hicieron eco de la noticia pusieron el foco en la situación de cada país: qué países son los que lideran las estadísticas o cuáles son los que están a la cola.  Igualmente, escribieron titulares como “La brecha de género en el mundo se cerrará dentro de 132 años, según el WEF, “Faltan 132 años para cerrar la brecha de género… No sé si alguien más, como yo, al leer la noticia pensó “¿en serio? ¿132 años?”… Mucho camino por recorrer.

El Índice Global de Brecha de Género compara la evolución de la paridad de género en cuatro dimensiones clave (oportunidad y participación económica, logro educativo, salud y supervivencia, y empoderamiento político). En 2022 se han analizado 146 países, con el objetivo de identificar las políticas más efectivas para cerrar brechas de género.

Vayamos al grano. ¿Qué puesto ocupa España? Está en la posición 17 del ranking, con una puntuación de 0,7880 (donde 1 significa que se ha alcanzado la igualdad), tras haber estado en el puesto 8 en el año 2020. La puntuación española sobre la brecha de género en niveles educativos y en lo referente a salud y supervivencia alcanza niveles cercanos a la paridad (0,998 y 0,965, respectivamente). Sin embargo, en el campo de la participación y empoderamiento político (mujeres parlamentarias, ministras y jefas de Estado) es donde la brecha es mayor, con una puntuación del 0,481, lejos de países como Islandia, que encabeza todo esta dimensión dada su mayor proporción de mujeres jefas de Estado en los últimos 50 años así como mujeres en el Parlamento islandés. En participación y oportunidades económicas (igualdad salarial, presencia en la población activa, trabajadores especializados…), España presenta un índice de 0,709, con puntuaciones bajas en aspectos como igualdad salarial para un trabajo similar, estimación de ingresos o número de mujeres legisladoras, altas funcionarias o directivas.

De hecho, el informe quiere llamar la atención sobre este último aspecto concreto, la brecha de género en aspectos laborales y económicos. Tras la pandemia vivida a nivel mundial, el informe alerta que es probable que la actual crisis, vinculada a un alza en el coste de la vida, afecte de manera más severa a las mujeres que a los hombres, ya que las mujeres continúan ganando y acumulando riqueza a niveles más bajos. Por ejemplo, en 2022, la tasa de desempleo aumentó y se ha mantenido sistemáticamente más alta para las mujeres. Pero es importante señalar que el informe llama la atención sobre el vínculo de esa tasa de desempleo con el tema de los cuidados: “El impacto desproporcionadamente negativo de la pandemia en el mercado laboral puede explicarse, en parte, por la cantidad de trabajo de cuidados que recayó en las mujeres al cerrarse las guarderías y las escuelas, un patrón de responsabilidad de cuidados que ya era pronunciado antes de la pandemia. (…) Con el aumento de los costes del cuidado de los niños, existe un alto riesgo de que se siga imponiendo a las mujeres una demanda asimétrica para realizar el trabajo de cuidados no remunerado”.

Por supuesto, conciliar los cuidados con la vida laboral tiene relación con algo tan terrenal como los niveles de estrés. El informe subraya que entre 2021 y 2022, el estrés reportado fue un 4% más alto en las mujeres que en los hombres. Esto se suma a una creciente carga sanitaria mundial de trastornos mentales y emocionales, que está afectando de manera desproporcionada a la salud y el bienestar de las mujeres.

En este análisis de brecha de género a nivel mundial, hay otro dato no menor, que también resalta este año el informe: aunque la proporción de mujeres en puestos de liderazgo ha ido aumentando con el tiempo, las mujeres no han sido contratadas en la misma proporción en todos los sectores. Es decir, se ha contratado a más mujeres en sectores en los que las mujeres ya estaban muy representadas (ONG, educación, servicios personales y de bienestar), mientras que en plena crisis energética mundial resulta curioso conocer que sectores como la industria energética presentan niveles de liderazgo bastante alejados de la paridad, con un 80% de liderazgo masculino, y con un importante mayor nivel de contratación de hombres.

En definitiva, como reconoce el informe, “las diferencias salariales entre hombres y mujeres, las trayectorias profesionales desiguales, las diferencias de género en cuanto a conocimientos financieros y los acontecimientos vitales contribuyen a una desigual acumulación de riqueza entre hombres y mujeres a lo largo de la vida”. Además, la desigualdad en el acceso y el control de los recursos que crean riqueza (como la banca, la inversión, la herencia y la propiedad) puede contribuir a aumentar esa brecha.

Con todos estos datos, Saadia Zahido, directora general del Foro Económico Mundial, recuerda que, a pesar del avance en algunos de los indicadores, “las consecuencias económicas y sociales de la pandemia y el conflicto geopolítico han detenido el progreso y empeorado los resultados para las mujeres y las niñas en todo el mundo, y corren el riesgo de crear cicatrices permanentes en el mercado laboral”. Por ello reclama que “acelerar la paridad debe ser una parte central de la agenda pública y privada, no sólo porque millones de mujeres y niñas están perdiendo acceso y oportunidades en la actualidad, sino que esta interrupción del progreso hacia la paridad es “una catástrofe para el futuro de nuestras economías, sociedades y comunidades”.

A la luz de los datos y reflexiones generados por el informe, Saadia Zahido propone varias medidas a implementar: aumentar la protección social y laboral para las mujeres, incrementar las oportunidades de recapacitación y reinserción laboral femenina, fortalecer el sector de los cuidados, fortalecimiento del liderazgo femenino en industrias donde las mujeres están subrepresentadas y un enfoque más proactivo para preparar el terreno para la paridad de género en las industrias en crecimiento.

En definitiva, una llamada a la acción para que los líderes incorporen la paridad de género como un objetivo central de sus políticas y prácticas, para que no sean necesarios 132 años para que deje de existir la brecha de género. Todo un reto.


* Dosier elaborado con la colaboración de la Dirección General del Trabajo Autónomo, de la Economía Social y de la Responsabilidad Social de las Empresas del Ministerio de Trabajo y Economía Social

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