Por una sostenibilidad real, sin postureos.
El Parlamento Europeo define el greenwashing como “la práctica de obtener una ventaja competitiva desleal comercializando un producto financiero como respetuoso con el medio ...
De valorsocialEl Parlamento Europeo define el greenwashing como “la práctica de obtener una ventaja competitiva desleal comercializando un producto financiero como respetuoso con el medio ambiente cuando, en realidad, no cumple los requisitos medioambientales básicos”. Es decir, hacer creer lo que no es para atraer clientes. Postureo.
Se trata de una práctica en auge en el mundo empresarial cada vez más sofisticada. El último informe publicado por Planet Tracker identifica hasta seis tipos de prácticas de lavado de imagen verde, desde integrarse dentro de una red o grupo para camuflar las acciones reales bajo la marca del grupo (greencrowding, lo llaman), destacar un producto especialmente sostenible para desviar la atención de las actividades perjudiciales para el medio ambiente que se llevan a cabo (greenlighting) o llamar a algo sostenible cuando un examen detallado del producto revela que no lo es tanto (greenlabelling), entre otras.
Hoy todas esas prácticas no afectan solo a la temática ecológica (lavado de imagen verde), sino que se usa también en cuestiones sociales y de derechos humanos (socialwashing), vinculadas a temas de género (pinkwashing), etc. Palabras todas asociadas al término inglés wash, que significa literalmente «lavar» y que, combinado con otros términos, en el campo económico y de marketing corporativo nos remite al engaño y al blanqueo de imagen frente a determinadas acciones.
Las entidades financieras no son ajenas a las acciones de green/social washing. Por eso, publicamos un dosier en el que ponemos el foco en las estrategias de lavado de imagen utilizadas por los bancos en temas medioambientales y sociales, e indagamos sobre qué hay detrás de ese postureo, poniendo foco especial en las principales entidades bancarias españolas.
Para enmarcar el tema iniciamos el dosier con 5 ejemplos claros de greenwashing bancario para centrar el tema y mostrar diferentes estrategias utilizadas por las entidades financieras. Los ejemplos muestran como la preocupación por las prácticas publicitarias engañosas hace que en los últimos dos años, muchas corporaciones se hayan enfrentado a demandas por exagerar o falsificar sus credenciales de sostenibilidad.
Tenemos claro que los bancos deben jugar un papel clave para hacer frente a la emergencia climática. Pero sabemos que a pesar del discurso de los bancos que se comprometen a cumplir con cero emisiones netas para 2050, millones de dólares en financiación bancaria aún mantienen a flote la industria del carbón, el petróleo y el gas, que están en el centro de la crisis climática. Ningún compromiso climático está completo sin la promesa de eliminar con urgencia esta financiación y comprometerse a financiar una transición justa hacia una sociedad sin emisiones. Por eso, contrastamos lo que hacen los bancos españoles en materia climática, lo que dicen y lo que hacen.
Junto al ámbito climático, los bancos, como todas las empresas, tienen la responsabilidad de respetar los derechos humanos y tienen el potencial de impactar sobre todos estos derechos, tanto positiva como negativamente. Por eso, en este dosier ponemos el foco también en temas sociales. Como ejemplo hemos elegido dos sectores importantes: inversiones en sector armamentístico y desahucios. ¿Qué hay de las inversiones de determinados bancos en empresas armamentísticas? Entrevistamos a Eduardo Aragón, del Centre Delàs, para que nos hable sobre ello. Con el artículo «¿Quién está detrás de los desahucios inmobiliarios?«, desde el Observatori DESC desgranan una investigación sobre los desahucios en la ciudad de Barcelona que nos da una idea de cómo está este tema en la actualidad y cuál es el actual papel de los bancos. En ambos casos una idea se repite: la falta de transparencia y el acceso a los datos para poder investigar estos temas.
Si bien es cierto que en el ámbito europeo se está trabajando en normativa que regule las prácticas financieras sostenibles y que ayude en la elección de inversiones socialmente responsables, varios actores europeos reclaman una mayor definición sobre el tema a la Unión Europea. Desde FEBEA- Federación Europea de Bancos Eticas y Alternativos nos explican su posicionamiento como red: no basta con tener una cartera productos sostenibles, “la sostenibilidad debe estar integrada en los valores fundamentales de una empresa y en su visión estratégica”, nos explican en su artículo. Por su parte, Ugo Biggeri, presidente de Ética SGR, confirma la idea de que «la legislación europea para la sostenibilidad es un buen comienzo, pero necesitamos más» y nos ayuda a entender la diferencia entre finanzas éticas y finanzas sostenibles: “aunque las finanzas éticas también son sostenibles y responsables, lo contrario no es forzosamente cierto”, afirma.
Cierra el dosier un conjunto de herramientas y recomendaciones para que, como consumidores, tengamos información para tomar decisiones y potenciar una sostenibilidad real, y no solo de fachada, evitando el engaño de la publicidad y el greenwashing.