5 ejemplos claros de greenwashing financiero
En una encuesta realizada por la empresa Mambu, plataforma tecnológica para servicios financieros, un 67% de las personas encuestadas manifestan que les gustaría que ...
De valorsocialEn una encuesta realizada por la empresa Mambu, plataforma tecnológica para servicios financieros, un 67% de las personas encuestadas manifestan que les gustaría que su institución financiera se volviera más sostenible. Incluso un 49% estarían dispuestos a cambiar de entidad por otra con un mayor compromiso con la sostenibilidad. Este creciente interés de la ciudadanía por actividades financieras sostenibles requiere de regulaciones precisas.
Desde el 1 de enero de 2023, algunos estándares del Reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR) se han endurecido. Ante la previsión de ese endurecimiento, en los últimos meses, muchos fondos que se habían clasificado como «sostenibles» rebajaron su categoría.Y es que el greenwashing es cada vez más arriesgado para las empresas y organizaciones. De hecho, en los últimos dos años, muchas corporaciones se han enfrentado a demandas por exagerar o falsificar sus credenciales de sostenibilidad.
Repasamos algunos ejemplos claros de greenwashing financiero del último año
HSBC olvidadizo
En Reino Unido, HSBC, uno de los mayores grupos bancarios del mundo, se vio obligado por las autoridades supervisoras a retirar una campaña publicitaria en la que destacaban los compromisos con «cero emisiones» y la plantación de árboles. Se olvidaron de contar sin embargo, las grandes inversiones en proyectos relacionados con los combustibles fósiles. Según el informe Banking on Climate Chaos , son el decimotercer banco en financiación de combustibles fósiles del mundo, a pesar de haberse comprometido a reducir su exposición a la financiación del carbón térmico en al menos un 25 % para 2025. El organismo regulador de publicidad del Reino Unido dictaminó que la campaña publicitaria de HSBC «ocultó información relevante y, por lo tanto, fue engañosa».
Fondos australianos «Sustainable Plus» que invierten en combustibles fósiles
El fondo de pensiones Mercer Superannuation Australia Ltd. ofrecía fondos «Sustainable Plus» que, según su publicidad, excluían las inversiones vinculadas a los combustibles fósiles, la producción de alcohol y los juegos de azar. La Comisión Australiana de Valores e Inversiones (ASIC) ha denunciado al fondo porque en realidad esos productos se invirtieron en muchas empresas vinculadas a esas industrias. Se trata de la primera acción judicial del regulador australiano vinculada a temas de publicidad engañosa sobre sostenibilidad. “Hay una mayor demanda de productos financieros relacionados con la sostenibilidad, y con eso viene el riesgo creciente de marketing engañoso y lavado verde”, ha declarado la vicepresidenta de ASIC, Sarah Court. “Si se dice que se excluyen las inversiones en ciertas industrias, como los combustibles fósiles, esta promesa debe cumplirse”.
DBS: un guerrero ecológico que cree que la lucha por el clima puede esperar
DBS es el banco más grande del sudeste asiático, con sede en Singapur. DBS lanzó el pasado año una campaña con el lema «Más como un guerrero ecológico, menos como un banco«. El reclamo del banco se basó en su compromiso de retirar el apoyo financiero para el sector del carbón… para 2039. Por eso la campaña fue tachada de greenwashing por varios sectores críticos, indicativo de cómo algunas instituciones financieras retrasan la acción climática crucial.
El director ejecutivo de DBS, Piyush Gupta, justificó la decisión de no dejar de invertir en carbón en países en desarrollo, como Indonesia, puesto que muchas personas en esos lugares no tienen acceso a electricidad. El banco fue acusado de utilizar la pobreza energética para justificar los retrasos en la acción climática. Con este contexto, las críticas al lema publicitario de la entidad «Más como un guerrero ecológico, menos como un banco«, no se han hecho esperar dado que justificar la financiación del carbón térmico sobre la base del clima o la justicia social y afirmar ser un guerrero ecológico es cuanto menos cuestionable.
Deutsche Bank: lo más clásico del greenwashing
En mayo de 2022, jueces alemanes ordenaron el registro de varias oficinas del gigante bancario alemán Deutsche Bank, así como de su empresa de gestión de activos, DWS, en Frankfurt. En el centro de las investigaciones, un presunto fraude contra los consumidores, a quienes supuestamente se les ofrecía productos como “verdes” y “sostenibles”, cuando en realidad no lo eran. En definitiva, un claro ejemplo de greenwashing. El caso sigue abierto.
BNY Mellon
La Comisión de la Bolsa y Valores estadounidense (Securities and Exchange Commission – SEC) anunció el pasado año una multa millonaria al banco neoyorquino BNY Mellon. El regulador estadounidense sancionó a la entidad con 1,5 millones de dólares por no haber integrado los criterios ESG para evaluar una serie de fondos de inversión a lo largo de varios años. La sanción alude a “declaraciones erróneas” y “omisión” de los criterios ESG en algunos fondos que BNY Mellon etiquetó como ‘sostenibles’. Al catalogar sus productos bajo etiquetas vinculadas a la sostenibilidad, el banco tenía la obligación de someter esas inversiones a una revisión de calidad ESG. Cosa que no hizo.