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Parte 10

Transformar el entorno: el impacto de las cooperativas de vivienda en cesión de uso

Las cooperativas de vivienda en cesión de uso promueven valores que mejoran la calidad de vida de las personas que habitan en ellas y ...

De Eva Ortigosa. Sostre Cívic
Cómo será La Balma, proyecto de vivienda en cesión de uso en el Poblenou, Barcelona, parte de la cooperativa Sostre Cívic.

Las cooperativas de vivienda en cesión de uso promueven valores que mejoran la calidad de vida de las personas que habitan en ellas y también las de su entorno. Cada proyecto de vivienda adopta unas características concretas que lo definen pero existe una línea común que los define a todos, basada en valores como:

  • La promoción de una vivienda no especulativa y asequible
  • La autogestión, la corresponsabilidad y el empoderamient
  • La sostenibilidad y la eficiencia energética
  • La promoción del mercado social
  • El apoyo mutuo, la covivienda y la vida comunitaria
  • El arraigo territorial

Estas últimas cuestiones, relativas a la vida comunitaria y al arraigo territorial, las encontramos extensamente definidas y analizadas en la guía «Transformem l’entorn» elaborada desde Sostre Cívic y la cooperativa El Risell. Ponemos el acento en el impacto que los proyectos de vivienda cooperativa tienen en el entorno aportando una propuesta metodológica y facilitando herramientas para que estos procesos se conviertan en proyectos trabajados con los agentes del entorno, que respondan a las necesidades existentes, que respeten el carácter del proyecto de vivienda cooperativa y que se integren en las dinámicas locales.

Encuentro del proyecto Las Carolinas de la cooperativa Entrepatios (Madrid), en la fase inicial.

La estabilidad que permite el modelo de vivienda cooperativa en cesión de uso permite que las personas residentes se impliquen en proyectos y espacios del barrio o pueblo a largo plazo. Además, el cooperativismo de vivienda promueve que haya parte de la vida que transcurra de forma comunitaria y, por tanto, en espacios compartidos.

Lo que hay que plantearse es si estos espacios compartidos los podemos compartir, también, con personas de fuera del grupo, con personas del entorno que quizá tengan necesidades de espacio para desarrollar sus proyectos. Así, los actores externos a la cooperativa de vivienda pueden entrar en un proceso de apropiación de los recursos que se ponen a disposición del territorio y se refuerza el vínculo comunitario del proyecto cooperativo.

Interior del edificio de la cooperativa de vivienda La Borda, en el barrio de La Bordeta, Barcelona.

El espacio, sin embargo, no es el único elemento que nos permite hacer contribuciones al entorno. A nivel medioambiental estamos construyendo edificios eficientes energéticamente y podemos aportar beneficios al entorno: ofrecer un servicio de carga de vehículos eléctricos con la energía que generamos, aparcamiento gratuito durante la carga, o ceder espacios de huerto para proyectos comunitarios son algunos ejemplos.

La promoción del mercado social y de la economía social también son dos elementos más: la contratación y consumo a entidades de la economía social y/o de nuestro entorno generan un impacto que hay que tener presente. Una cooperativa de vivienda tiene un poder de compra considerable de ciertos productos susceptibles de ser adquiridos conjuntamente, por lo tanto, nuestras decisiones de compra tendrán efecto sobre los y las comerciantes, productores y distribuidores locales.

Si además todas estas contribuciones e impactos positivos los sabemos transmitir y difundir, estaremos contribuyendo a su replicabilidad, a la ampliación de su impacto y, en definitiva, a la promoción del modelo de vivienda cooperativa en cesión de uso.

Movimiento por la vivienda en Catalunya. Organización popular por el derecho a una vivienda digna.

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