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Parte 1

«Las situaciones de emergencia resaltan los valores de fondo de los proyectos de la ESS», Jordi Via, cooperativista, impulsor de la ESS en Cataluña.

Entrevista a Jordi Via, socio colaborador y ex socio trabajador de la cooperativa de seguros éticos y solidarios Arç, implicado en la Federación de ...

De Alba Crespo Rubio
Jordi Via en una entrevista per al Diari del Treball el 2017 - Sandra Lázaro

Entrevista a Jordi Via, socio colaborador y ex socio trabajador de la cooperativa de seguros éticos y solidarios Arç, implicado en la Federación de Cooperativas de Trabajo de Cataluña, en la puesta en marcha de la Red de Economía Solidaria de Cataluña (XES) a partir de la participación en el Foro Social Mundial los años 2001 y 2003. Formó parte del proceso de constitución del grupo cooperativo ECOS y fue comisionado de ESS en Barcelona entre 2015 y 2017.

Vinculado a la economía social y solidaria (ESS) en Cataluña los últimos 40 años, ha hecho del cooperativismo una “opción de vida” desde la convicción que éste tiene un potencial transformador socioeconómico.

Desde tu larga trayectoria ¿Como analizarías el momento actual y la afectación de la crisis en la ESS y su entorno?

Creo que para aproximarnos a esta crisis económica derivada de la causada por la COVID-19 hay que poner en primer lugar que la crisis sanitaria pone en evidencia una crisis sistémica ecológica y medioambiental. Si tenemos ésto claro, conviene que nos planteemos la ESS como una de las patas que pueden ayudar a la construcción de una alternativa a nivel socieconómico. Con las aportaciones de la ESS como modelo en relación al ejercicio de la democracia económica, la autogestión y la necesaria responsabilidad social y económica de los productos que ofrece, podemos ver que la ESS forma parte de la solución.

A nivel concreto, las afectaciones que están más relacionadas con la continuidad de la actividad de empresas de la ESS son, por un lado la disminución de ventas, que hace que sea difícil de sostener por lo que hace a costos la empresa. Por el otro, la capitalización insuficiente. Hay entidades que tienen poco “cajón” financiero, y eso les complica poder gestionar esta transición de crisi que comporta este momento.

Qué respuestas a las dificultades a medio y corto plazo han surgido desde la ESS?

He observado movimientos de respuesta de dos tipos: el impulso de proyectos de intercooperación y en campañas para disponer de recursos a corto plazo.

Los proyectos de intercooperación sobre todo los hemos encontrado en el mundo de la agroecología, asociados a potenciar una intervención coordinada para conseguir venta directa de productos y mejorando así las redes de consumo; también entre empresas y entidades que ofrecen productos y servicios que han flexibilizado los modos de pago, alargado contratos, etc. a su base de clientes.

Por lo que hace a campañas para disponer de fondos, haría una diferencia, también. Hay unas que buscaban y buscan conseguir disponibilidad de líquido inmediato para apoyar iniciativas de la ESS que han surgido para dar respuesta específica al momento de crisis sanitaria readecuando o reconvirtiendo su actividad (en la fabricación y distribución de mascarillas y equipos de protección individual -EPIs-, por ejemplo). Una de estas campañas ha sido la primera fase del Fons Cooperatiu (Fondo Cooperativo), o los acuerdos como el de Coop57 y la Fundación Seira, orientado a facilitar recursos financieros.

Hay otras campañas, como en el caso de la segunda fase del Fons Cooperatiu, que están orientadas a crear condiciones que mejoren la estructura económica y financiera a medio y largo plazo. Ésta está hora en pleno desarrollo (termina en octubre), y busca dar ayudas complementarias a las empresas y entidades que hagan acciones para capitalizar mejor su proyecto. He citado sólo algunas de las iniciativas, pero ha habido más.

¿Qué destacarias de todas ellas?

La situación de crisis ha hecho evidente la importancia de la intercoperación para el desarrollo de la actividad de las entidades de la ESS; ha activado también dispositivos de intercooperación entre empresas y clientes y ha puesto en marcha el apoyo mútuo en las cuestiones de carácter financiero.

Este tipo de reacciones ante la crisis se explican por la naturaleza propia de la ESS: no se puede disociar un proyecto de este ámbito de sus compromisos sociales y ecológicos.

¿Se ha podido hacer una valoración de los efectos de estas respuestas?

Todavía no hay datos integrados, porque de hecho estamos en medio de todo. Pero siguiendo con el ejemplo del Fons cooperatiu, que haya habido 400 aportaciones distintas me parece qualitativamente muy positivo.

También me parece positivo que el conjunto de medidas que se presentaron al grupo de trabajo del gobierno de la Generalitat haya una parte específica para apoyar a “una economía por la vida” muestra la influencia que ha tenido la ESS en este momento -mientras esto no sea absorbido e instrumentalizado por empresas o entidades de la economía convencional para limpiar su imagen y vender más-.

Algo que sí podemos constatar y es objetivo es que en las empresas de la ESS ha habido menos expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTEs) que en las empresas capitalistas. Y esto pone de manifiesto, una vez más, que a pesar de todos problemas que tienen, las empresas de la economía social y solidaria son más resilientes que no las convencionales.

Algo parecido ha sucedido con los bancos sistémicos y las finanzas éticos: la resiliencia de las finanzas éticas ha permitido sobrevivir a muchos proyectos.

Es que las situaciones de emergencia resaltan los valores de fondo de los proyectos. Por ejemplo, en las Finanzas Éticas, en la medida que tiene unos valores y que los gestiona de manera honesta, podemos ver que son mucho más útiles que el sistema financiero convencional en situaciones de emergencia y transformación, y aquí la importancia de que las finanzas éticas y solidarias pertenezcan de manera activa e implicada dentro de la ESS.

Haciendo un salto adelante, ¿cómo prevees los próximos meses y cómo se prepara la ESS para ellos?

Ha nacido el Manifiesto Pacto per una economia por la vida, que parte de un diagnóstico críitico -lo que está pasando es una crisis sistémica- y apunta la necesidad de crear condiciones de transformación estructural de modelo socioeconómico para salir de esta. Yo comparto el contenido de este manifiesto: convendría que nada vuelva a ser lo que era y la idea de volver a la normalidad es un error, ya que la normalidad explica en buena medida la crisis que estamos sufriendo, y hay que avanzar en otro sentido. En el sentido de los valores que definen la ESS, y que éstos sean puestos en práctica en el trabajo, en el consumo, en el uso del dinero,… con criterios de sostenibilidad integral, para que el centro de este circuito, de la economía, sean las personas.

Esta dimensión que parece más teórica, ya tiene dimensión práctica, durante esta crisis se ha visto claramente. Tenemos que seguir trabajando en este camino, y además procurando bastir alianzas desde la ESS con otros sectores de la sociedad, como las pequeñas y medianas empresas socialmente responsables, o los movimientos sociales que consideran que hay que hacer las cosas de manera distinta.

Todo un reto…

Mis 40 años de implicación en el cooperativismo me han ayudado a superar esa sensación de que todo esto que planteamos es un sueño, y en todo este tiempo hemos ido avanzando y concretando para hacer posible este sueño.

En estos momentos tengo claro que las cosas no pueden continuar como antes, tengo claro también que tenemos argumentos y una realidad cooperativa desde el punto de vista del trabajo y el consumo responsable, o las finanzas éticas, mucho mejores que hace cuatro décadas. Y que hay condiciones (sin ingenuidades porque lo que hacemos es aplicar y desarrollar valores de carácter contrahegemónico), no sólo de hacer una propuesta teórica sino práctica, de una economía diferente.

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